El Vaticano y Rumania restablecen relaciones
Rumania y el Vaticano han decidido reanudar las relaciones diplomáticas en la misma semana en que los rumanos acudirán a las urnas para elegir libremente un Parlamento democrático, después de décadas de dictadura monopartidista, y dando una salida legítima a la revolución de diciembre que terminó con la tiranía del clan Ceausescu. De las 82 agrupaciones políticas que compiten, solamente cuatro tienen posibilidades de obtener buenos, resultados.
Entretanto, en el centro de Bucarest, centenares de rumianos siguen acampados en protesta por lo que consideran tentación del actual Gobierno provisional de perpetuarse en el poder.Rumania es el cuarto país de la Europa del Este que restablece relaciones con la Santa. Sede en los últimos 14 meses. Antes que Bucarest lo hicieron Varsovia, en julio de 1989; Budapest, en febrero de este año, y Praga., dos meses después. Según datos facilitados por el Vaticano, la población católica rumana del rito latino representa el 5% del total de la sociedad; los católicos del rito oriental, los uniatas, son aproximadamente el mismo porcentaje.
A cinco días de las primeras elecciones libres en Rumania en los últimos 50 años, se repiten los mensajes optimistas acerca de que el proceso electoral será la señal de salida para la reestructuración económica -la más difícil de entre todos los países de la Europa oriental-, de modo que quede garantizada la economía de libre mercado, con el consiguiente desarrollo de normas que sustituyan a las actuales medidas provisionales para la economía y la industria. El director general del Ministerio de Economía rumano, Mircea Pirjol, ha declarado que las elecciones "permitirán dar el salto desde lo provisional a la continuidad".
Huelguistas contra el Gobierno
El ambiente social dista bastante de la calma en vísperas de estos comicios históricos. En la plaza de la Universidad, en el centro de Bucarest, los huelguistas de hambre mantienen su actitud de permanecer acampados todo el tiempo necesario hasta que sean satisfechas sus demandas, en especial el punto octavo de su declaración, conocida como Proclamación de Timisoara, en la que solicitan la prohibición a miembros del aparato comunista bajo Ceausescu y miembros de la temida policía política, Securitate, de acceder a cargos parlamentarios al menos hasta después de al menos tres legislaturas. Hasta el momento han fracasado todas las tentativas de diálogo entre lo manifestantes y el Gobierno provisional, que preside Ion lliescu que desde el comienzo del conflicto se ha negado a conversar con los huelguistas delante de la prensa y las cámaras de televisión, tal y como han exigido estos últimos.
Con vistas a las elecciones del próximo domingo, de las 82 organizaciones inscritas solamente cuatro tienen posibilidades de obtener un porcentaje significativo de los votos de los 16 millones de rumanos con derecho al voto. Son el Frente de Salvación Nacional (FSN), amalgama de disidentes, intelectuales y comunistas que se definen de centro-izquierda; el Partido Nacional Campesino (PNC), un histórico prohibido durante 45 años, de tendencia conservadora y anticomunista, al que algunas encuestas le dan el 6% de votos, dirigido por el millonario rumano-británico Ion Ratiu; el Partido Liberal Nacional (PLN), réplica de partidos liberales occidentales, dirigido por Radu Campeanu y con una intención de voto del l3%; y el Movimiento Ecologista, que preside el escritor Toma George Miorescu.
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