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Juan Pablo II advierte sobre los riesgos de la 'teología de la liberación'

Francesc Valls

Juan Pablo II se ha despedido de México con dos advertencias. La primera va dirigida hacia los riesgos de "ciertas teologías de la liberación"; la segunda es la petición de que la libertad religiosa sea respetada en este país, cuyo Gobierno se ha volcado en la preparación de la visita papal, sin que existan relaciones diplomáticas con la Santa Sede. El Pontífice concluyó de esta manera en la tarde de ayer su segunda visita a México, iniciada el pasado día 6.

Tras concluir su visita a México, Juan Pablo II partió rumbo a las Antillas holandesas, donde permanecerá unas horas hasta llegar hoy, lunes, a Roma.El Papa centró su actividad el pasado sábado en criticar algunos aspectos socio-religiosos, a su juicio, perniciosos. Fue ante los obispos mexicanos donde Juan Pablo II enumeró la relación más extensa: creciente secularismo, consumismo, sectas, libertad religiosa y teologías de la liberación. El Pontífice ha advertido ante las "versiones equivocadas y reductivas de la liberación", que continúan "esparciendo un espíritu de conflicto y generan dolorosas rupturas".

El Papa, en el continente que ha sido la cuna de la teología de la liberación, quiso advertir sobre los peligros que, en su opinión, entrañan algunas corrientes que hay dentro de esta teología, que no concretó y que ponen "en entredicho determinados puntos fundamentales de la enseñanza católica".

Estos llamamientos del Papa se producen en un lugar de gran importancia: la nación de habla hispana con mayor número de católicos de América Latina, alrededor de un 90% de la población. Allí, sin embargo, los sectores que, presumiblemente, podrían caer en estos errores son activos pero no mayoritarios.

También han dado a conocer informes sobre la situación de los derechos humanos. El centro Fray Francisco de Vitoria, por ejemplo, ha redactado un documento en el que se afirma que desde diciembre de 1988 a febrero del año en curso se han producido 546 casos de detenciones arbitrarias, 331 casos de maltrato fisico y más de un centenar de ejecuciones arbitrarias, de las que han sido víctimas, en su mayor parte, militantes de izquierda.

Mientras este informe se daba a conocer en Ciudad de México, el Papa continuaba su gira en olor de multitudes. Ya en la madrugada de ayer, hora española, Juan Pablo II habló en México Distrito Federal a obispos, sacerdotes y religiosos en dos actos separados, y más tarde a los intelectuales.

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Los tres discursos tuvieron un común denominador: dejar patente el fracaso que ha sufrido el marxismo, en lo que tiene de ateo, al descartar a Dios de su horizonte. La opción preferencial por los pobres "no es una opción ideológica, ni tampoco es dejarse atrapar por la falaz teoría de la lucha de clases como motor de cambio de la historia", manifestó el Papa.

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