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Alvarez Cascos dice que se debe actuar con discreción al dinero a particulares para los partidos

Francisco Álvarez Cascos, secretario general del PP, pidió ayer ante la Comisión de Justicia e Interior del Congreso de los Diputados, en nombre del Grupo Popular, que el fiscal general del Estado, Leopoldo Torres -miembro del PSOE hasta que ocupó el cargo-, se abstenga en el caso Naseiro por afectar a militantes del PP, partido político distinto al suyo. Álvarez Cascos señaló en los pasillos de la Cámara que no siempre que los dirigentes políticos piden dinero para su partido se trata de actuaciones ilegales. Aludió a su propia experiencia y añadió: "La discreción es lo que permite el éxito de tales gestiones".

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Las declaraciones de Álvarez Cascos se produjeron al término de la comparecencia parlamentaria de Torres, primera que se produce de un fiscal general del Estado ante la Comisión de Justicia e Interior, y en la que la intervención del portavoz popular elevó el tono de una sesión anodina.El presidente de la comisión, el socialista Javier Barrero -que llamó repetidamente a la cuestión a Álvarez Cascos y le recordó que se trataba de una seslón informativa, pero no de control del fiscal general- negó al portavoz del PP que replicara a Torres, por lo que el diputado popular hizo llegar a los periodistas su deseo de manifestarse.

Álvarez Cascos declaró que deseaba decir en la comisión que Leopoldo Torres es recuperable para la política, "porque al servicio de la justicia es inviable, dados sus compromisos políticos, que le honran". Confirmó que, en virtud de esos compromisos, Torres debe abstenerse en el caso Naseiro.

Preguntado sobre si un desistimiento del fiscal en la acusación por el escándalo de la financiación del PP le haría modificar su posición sobre el fiscal e incluso la de su partido sobre el caso Juan Guerra, Alvarez Cascos dijo que no prejuzgaba un cambio de criterio en el futuro, pero que por el momento mantenía lo dicho.

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El secretario general del PP desmintió la implicación de Manuel Fraga y José María Aznar en el caso Naseiro y expresó su "rechazo de plano a la acusación genérica a la que pueden dar lugar las informaciones de que cualquier conversación sobre captación de medios económicos para el partido es ilegal".

Reprochó la imagen que se está haciendo llegar a la opinión pública de que "cuando dos dirigentes políticos hablan de dinero, están cometiendo actos ilegales". Reclamó "el derecho y el deber de ocuparnos de cuestiones económicas, y de que eso no sea ilegal".

"Situaciones humillantes"

El dirigente del PP apeló a su experiencia: "Soy uno de los rnuchos militantes de mi partido que a veces ha tenido que pasar por situaciones humillantes, porque es muy dificil pedir dinero. Los que lo hemos hecho no hemos realizado nada ilegal, ni irregular, ¡ni inconfensable!", alzó el tono de voz, "sino cosas que deben mantenerse en la discreción. La discreción es lo que permite el éxito de tales gestiones".

En un momento de la improvisada conferencia de Prensa y ante su insistencia en denominar caso Manglano al caso Naseiro, Alvarez Cascos se mostró nervioso cuando un informador le preguntó qué le parecería que se denominara caso Álvarez Cascos. Contestó que tal nombre era "inmerecido" y que carece de "morbo".

Álvarez Cascos reprochó a Torres que recordara las informaciones periodísticas que estimaba excesivas, por falsas, en el derecho de defensa y que, en cambio, amparara tácitamente las declaraciones atribuidas al juez Mariglano y a los fiscales de Valencia. "Ésta es la mejor prueba de parcialidad", dijo.

Poco después, expresó su preocupación por "salvaguardar el crédito de las personas e instituciones; en este caso", dijo, "los partidos y los políticos, porque ése es el crédito del sistema democrático". Cuando escuchó " ¿Y el crédito del juez?", Alvarez Cascos contestó: "Incluído el crédito de los jueces".

Previamente, ante la comisión parlamentaria, el portavoz popular acusó a Torres de ser "un fiscal particular del Gobierno que, en algunos casos, ha llegado a actuar como abogado particular de su antiguo partido". La cadena de hechos en los que fundamentó su afirmación la concretó en la actuación del fiscal general del Estado en la querella contra el diario El Mundo, en el llamado caso Prenafeta -en el que no se interpuso la querella propuesta por el fiscal jefe de Cataluña contra el secretario general de la Generalitat-, falta de relevancia penal del caso Juan Guerra y declaración de que "hay indicios de delito en varios implicados" en el caso Naseiro.

"Actitud hipócrita"

Álvarez Cascos fue llamado al orden por el presidente de la comisión cuando, a propósito del secreto del sumario, habló de la "actitud absolutamente hipócrita de Torres", que contrapuso a la del presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Enrique Ruiz Vadillo -a la que corresponde conocer del caso Naseiro-, porque "en ningún caso se excede en sus declaraciones". Aseguró que "el secreto del sumario se ha violado sIstemáticamente desde el Juzgado número 2 de Valencia" e hizo una relación de los delitos que atribuye a su titular, Luis Manglano.

Por último, el secretario general del PP acusó a Torres de parcialidad, "razón más que suficiente", dijo, "para pedir su dimisión", pero rebajó la propuesta a que se abstenga cuando concurra "un interés directo o indirecto en la causa, o enemistad manifiesta, por ser metafísicamente imposible que usted", dijo a Torres, "no se encuentre vinculado por la enemistad hacia Fraga y Aznar y la amistad hacia Felipe González y Alfonso Guerra". En los pasillos explicó que había querido referirse a la no imparcialidad de Torres "en la ecuación amistad /enemistad".

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