Panamá, "un caso especifico"
Melvin Levitsky, secretario de Estado norteamericano, reconoce que "el verdadero motivo de la intervención de EE UU en Panamá no fije necesariamente el problema de la droga, aunque esa sí pudo ser una de las razones". "No voy a dar un porcentaje de la importancia que tuvo este tema en la decisión de intervenir", añade, "pero recuerde que en Panamá se acumularon una serie de hechos durante una serie de años: había corrupción en las Fuerzas Armadas, había un paraíso para los narcotraficantes y su dinero, y estaba Noriega, un régimen dictatorial que no reconocíamos, y estaba el temor por las vidas de ciudadanos norteamericanos".Si se le dice que, con muchos de esos argumentos, se podría razonar igualmente la invasión de otros países, como Birmania, Levitsky insiste: "Panamá era un caso específico. Hay que tener en cuenta nuestra relación especial, el canal, nuestra presencia militar... La intervención en Panamá no significa, en cualquier caso, una militarización de la política contra la droga. No vamos a intervenir en otros países, porque nada podemos hacer en materia de drogas cuando un país no tiene voluntad de afrontar el problema".
¿Cuestión de soberanía? "¿De qué soberanía hablamos?", prosigue Levitsky. "¿Que soberanía tiene el Gobierno peruano sobre el Alto Huallaga, o el colombiano en zonas como Medellín o Cali, o el boliviano en el Chaparé, o el de Pakistán en las provincias próximas a sus fronteras del noroeste? Son territorios gobernados por los narcotraficantes. El tema de la soberanía nos parece fundamental, pero no es Estados Unidos el que la viola, sino los narcotraficantes".
El subsecretario de Estado se muestra satisfecho de lo realizado a lo largo del último año, ya que, constata, "el problema de la droga se ha convertido en un tema prioritario en nuestras relaciones con cualquier país; hoy es parte esencial de la política exterior norteamericana, y no algo colateral como ocurría antes".
