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Juan Pablo II denuncia en México el caudillismo y la corrupción

Francesc Valls

La doctrina social de la Iglesia es la alternativa para que América Latina salga de la pobreza. Ésa fue la idea que el papa Juan Pablo II lanzó en su segundo día de estancia en México, donde denunció también el caudillismo y la corrupción, ante los más pobres de la capital del país centroamericano. Si el pasado mes anunció en Checoslovaquia la muerte de "la utopía comunista", ayer la enterró en el suburbio de Chalco.

Muchos de los miles de mexicanos -alrededor de dos millones, según algunas fuentes- allí congregados habían dormido varias noches a la intemperie para tener un lugar preferente desde el que poder oír la voz del Papa. Juan Pablo II lanzó su esperado mensaje contra la pobreza, contra la injusticia, pero sin perder de vista las críticas a ciertas maneras de combatirlas."A lo largo de la historia se han sucedido no pocos pastores -líderes, caudillos, jefes, ideólogos y creadores de opinión o corrientes de pensamiento- que han intentado pastorear y guiar al pueblo hacia paraísos artificiales y tierras prometidas de libertad, de bienestar, de justicia, de realización plena, queriendo prescindir de Dios y de su santa ley", dijo. Pero la historia, a juicio del Pontífice, se ha encargado de demostrar que estos pastores sin Dios eran "pastores falsos".

El Papa, pues, abogó por la vuelta de las ovejas al redil católico, que el Buen Pastor, Jesucristo, construyó, y del que son sucesores la Iglesia y los apóstoles. Y ésos deben ser, en opinión de Juan Pablo II, quienes guíen al pueblo. "El valle de Chalco podrá convertirse en ejemplo elocuente de lo que es capaz de producir la virtud cristiana y la solidaridad cuando ha calado en el corazón y en la práctica del pueblo cristiano la doctrina social de la Iglesia".

Los asistentes aplaudieron al Pontífice en la explanada habilitada en este suburbio, en el que las casas están construidas de todas las maneras imaginables, y a la que el Gobierno hizo un lavado de cara hace unos meses

Reformas para el Papa

Las reformas han consistido en la colocación de fuentes de agua potable -antes inexistentes-, electricidad y remozamiento de escuelas. El Gobierno también construyó una gran habitación bajo el altar donde el Papa ofició la misa, para que Juan Pablo II pudiera descansar, e instaló sanitarios para el séquito pontificio.En Chalco no hay ni un solo hotel y las únicas plazas disponibles se encuentran en 20 fondas económicas.

El esfuerzo del Gobierno y de los poderes locales se ha hecho patente para que esta segunda visita del Pontífice sea un éxito, aunque formalmente no existan relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede. Y así ha sucedido desde el domingo. Ese día, el Papa, tras denunciar la injusticia y la corrupción ante el presidente Carlos Salinas de Gortari -que, rompiendo el protocolo, le recibió en el aeropuerto-, se dirigió a la basílica de Guadalupe, donde beatificó a cinco mexicanos. Juan Diego es el más popular de entre los cinco nuevos beatos. Se trata de un indio a quien, según el expediente de beatificación, se le apareció la Virgen los días 9, 10 y 12 de diciembre de 1531.

Otros tres nuevos beatos son los niños Cristóbal, Antonio y Juan, todos ellos muertos a causa de su fe. Cristóbal era el hijo de un cacique indio. Los hechos se produjeron en el siglo XVI.

La beatificación era uno de los actos más esperados de esta segunda visita de Juan Pablo 11 a México. El Papa, tras la beatificación, fue despertado ayer al son de Las mañanitas, y después se reunió, durante una hora, con el presidente mexicano.

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