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Carlos Fuentes, explorador 500 años después

El autor mexicano rueda en España 'El espejo enterrado', ensayo personal escrito para televisión

El espejo enterrado, serie de televisión de cinco capítulos, escritos y presentados, en inglés y en español, por el autor mexicano Carlos Fuentes, se está rodando estos días por diferentes puntos del territorio español. La serie es una iniciativa de la fundación norteamericana Smithsonian, con financiación española aportada por Sogetel -empresa de PRISA-, la Sociedad Estatal Quinto Centenario y un núcleo de empresas privadas. Este grupo inversor ha aportado, en tres partes iguales, un total de tres millones de dólares (unos 324 millones de pesetas). Como productor ejecutivo se ha contratado al británico Michael Gill. Carlos Fuentes, que con esta serie trata de decir una verdad acerca de lo que somos, se convierte en un auténtico explorador, 500 años después del encuentro Europa-América.

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El que la palabra descubrimiento no aparezca en los guiones de Fuentes no es casual. "Me parece un término eurocentrista; en todo caso, todo descubrimiento es mutuo, y habría que hablar del descubrimiento de Europa por los indígenas americanos, que quizá no fue muy agradable". Para Carlos Fuentes más allá de este concepto, está el hecho cultural de ofrecer y recordar a Europa que Latinoamérica tiene otro rostro: "Un rostro rayado de negro y de indígena, que es el rostro de indo-afro-iberoamérica, que quizá es como deberíamos llamarnos".La prestigiada Fundación Smithsonian, que agrupa 14 museos en Washington y es uno de los principales centros de investigación académica del mundo, además de patrocinar la serie, la apoya también con su asesoría, tanto científica como histórica. En este terreno habría que destacar que a los rodajes se ha desplazado Peggy K. Liss, prestigiada historiadora norteamericana. Este patrocinio de la fundación estadounidense sólo implica una pequeña parte de aportación económica. Ello significa que es la primera vez que una institución norteamericana busca en España colaboración para una producción cultural de esta índole.

El autor, a quien se considera motor de todo este proyecto, entró en contacto con la Fundación Smithsonian, a la que le interesó el proyecto. Después de una serie de contactos se concluyó que la financiación sería abordada por un grupo inversor español, que aportaría tres millones de dólares (unos 3,14 millones de pesetas). En esta financiación, dividida en trzis partes iguales, intervienen la Sociedad General de Televisión, SA (Sogetel), productora de cine y televisión de PRISA; la Sociedad Estatal Quinto Centenario, y un núcleo de numerosas empresas particulares y personas privadas, que forman el tercer grupo.

La herencia cultural

La serie El espejo enterrado consta de cinco capítulos. En un momento se pensó en uno más que hubiera estado dedicado a Brasil. El primero, La frontera indecisa, retrata a los hispanos en Estados Unidos y América Latina, además de analizar al pueblo precolombino en Hispanoamérica. Otro, La virgen y el toro, investigará las relaciones hispano-portuguesas y las raíces ibéricas de las sociedades latinoamericanas.El tercero, En busca de El Dorado, versará sobre los conflictos españoles con los aztecas y los incas en las personalidades de Cortés, Moctezuma, Pizarro y Atahualpa. El penúltimo capítulo, El águila y la serpiente, hace una exploración de México en la que Carlos Fuentes habla de la rica herencia cultural, así como su revolución y su pueblo. Por último, 500 años después perfila los siglos XIX y XX en las Américas, entroncándolo con el legado de 1492 y enfoques desde Argentina, Brasil y EE UU.

Todos los planos rodados en España se empezaron a filmar el pasado día 9 de abril. La parte española se elabora hasta el próximo 16 de mayo, que finalizarán los rodajes. Las zonas en las que se rueda son Andalucía, Extremadura, las dos Castillas y Galicia. Ayer rodaron en El Escorial y hoy abordan la filmación en el Museo del Prado de Madrid. El próximo día 10 el equipo se desplazará a Londres.

El motivo por el que los guiones están escritos en inglés es, según Fuentes, porque los productores tienen que apreciarlos inmediatamente. Me produce dolores de cabeza tener que escribirlos en inglés y grabarlos simultáneamente en inglés y español, lo que implica hacerme una autotraducción directa". Se ríe y comenta: "Espero no cometer muchos anglicismos". Fuentes señala el paralelismo de esta serie con la popular película Casablanca: "Se improvisa mucho a medida que vamos trabajando... A veces, el lugar o la luz dicta el texto".

Lo que no tiene nada de improvisación es el objetivo global de la serie: "En cuanto a forma creativa, estoy en una línea que tiene una enorme tradición en España, que es el ensayo personal acerca de nuestra cultura". En cuanto a propósito ideológico, más allá de su interpretación personal, Fuentes intenta demostrar la extraordinaria continuidad cultural de la América española. Detrás del título de El espejo enterrado hay toda una simbología. "Yo no lo sabía, pero en las tumbas totonacas, en Veracruz, se encontraron espejos enterrados para guiar a los muertos en su viaje por el inframundo", dice. "También existe la referencia de los poemas del catalán Ramón Xirau con el mismo título". A Fuentes, todo ello le recuerda lo que él intenta explorar con la serie: "Es como una luz escondida en la tierra y que puede brotar como un surtidor para decirnos una verdad acerca de lo que somos".

Como directores de los cinco capítulos están, además del británico Michael Gill, productor ejecutivo, profesional muy prestigiado por sus más de 90 trabajos, Peter Newington, que realiza dos capítulos, Christopher Raffing y David Kennard.

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