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Los foros del Viejo Continente

Diez organizaciones tratan de encauzar la rápida transformación de Europa

Diez organizaciones y foros de negociación intentan encauzar el terremoto de cambios políticos que desde el año pasado ha venido sacudiendo el Viejo Continente. La rápida transformación de una Europa en la que ha sido derribado el telón de acero hará también desaparecer algunas de estas organizaciones, como el Pacto de Varsovia; obligará a modificar otras, como la OTAN, y por último, ampliará o fortalecerá a unas terceras, como el Consejo de Europa y la Comunidad Europea (CE).

Al margen de la negociación en curso entre Bonn y Berlín Este en vistas a su unificación, el porvenir de la Alemania unificada, de su status y de sus fronteras, pasa por las llamadas conversaciones cuatro más dos, en las que, junto con los interesados, participan las cuatro potencias aliadas vencedoras de la II Guerra Mundial (EE UU, URSS, Reino Unido y Francia), y a las que asistirá Polonia cuando se aborde el tema de las fronteras.Este, Oeste y neutrales del Viejo Continente dialogan en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que se inició hace 15 años con la participación de EE UU, Canadá y de todos los países europeos, excepto Albania, que ahora examina su incorporación. Los jefes de Estado o de Gobierno de los 35 países que la integran celebrarán, probablemente, una cumbre a final de año y la conferencia se institucionalizará con la creación de una secretaría permanente.

La CSCE apadrina otras dos negociaciones que se desarrollan en Viena. La primera, entre sus 35 miembros, para instaurar medidas de confianza, y la segunda, sobre desarme convencional, (CFE) entre los 16 integrantes de la OTAN y los siete del Pacto de Varsovia. Cuando concluyan estas conversaciones es probable que se inicie una segunda negociación de desarme (CFE II), en la que tomarían parte los países neutrales.

Una de las dos alianzas militares, el Pacto de Varsovia, está en plena de s integración, mientras la OTAN, estudia su reconversión en una organización más política que sirva de enlace entre EE UU y sus aliados europeos.

El único foro exclusivamente europeo en el que se tratan cuestiones militares, la Unión Europea Occidental (UEO), podría también desaparecer si la CE, como preconiza la mayoría de sus miembros, se ocupa de cuestiones de seguridad. La CE, que parece dispuesta a fijarse un tercer objetivo (la unión política) a los dos que tiene ya previstos para 1993 (mercado único y unión económica y monetaria), se ha convertido en el principal elemento de estabilidad en Europa y foco de atracción para los países ex satélites de la URSS. Con la única excepción de la RDA, ninguno de ellos puede, sin embargo, esperar ingresar en la CE a corto plazo, y tampoco podrán hacerlo el grueso de los miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) si la Comunidad asume competencias en materia de seguridad. Cuatro de los seis miembros de la EFTA son neutrales. Pero, es posible que esta asociación participe en el mercado único europeo.

Las incipientes democracias del Este no empezarán, por tanto, a acercarse al Oeste a través de la CE, sino del Consejo de Europa, del que ahora forman parte las 23 democracias del Viejo Continente. El Consejo de Europa es, en cierta medida, el foro adecuado para dar a los ex satélites el certificado de democracia como se lo dio a España tras las elecciones de 1977.

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