Gracias, juez Manglano
Estimado señor juez, no quiero agradeceros el haber desvelado la posible trama de unos bandoleros de cuello blanco; no vuestra capacidad física y psíquica de haber estado al pie del cañón durante los mismos larguísimos interrogatorios que significaban tratos inhumanos para quien sólo soportaba una parte de los mismos; no el haber aguantado presionantes conferencias de prensa con la intención de que, sin decir nada (el secreto del sumario lo mandaba), estuviéramos informados de todo; no por conseguir que, por una vez, la Semana Santa estuviera llena de contenido social y político, aunque ello supusiera que su señoría no disfrutara de un solo día de asueto; en fin, no por tantas cosas, sino sólo porque ahora ya entiendo lo que siempre había oído, que en un Estado de derecho hay tres poderes independientes: el legislativo, el ejecutivo (estos dos, poco independientes, a decir verdad) y el judicial. Sí, señoría, creo que el poder judicial, cuando el juez cree en el Estado de derecho, puede llegar a ser realmente independiente. Gracias.-
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