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El desfile de los intermediarios

El juez pone en libertad a Aguirre y reclama a Francia el dinero de los Revilla interceptado a ETA

Dos años después del secuestro del industrial Emiliano Revilla, el juez Carlos Bueren, instructor del sumario, ha dictado la primera resolución que ha puesto al descubierto quiénes negociaron por parte de la familia, quiénes lo hicieron por parte de ETA y adónde fueron a parar los 2.050 millones desembolsados. Francisco Elosúa y el industrial Patxi Arratíbel han sido enviados a prisión. Sobre los demás aún se cierne la sospecha.

Tras una exhaustiva instrucción sumarial de más de año y medio, el juez Carlos Bueren dictó ayer una resolución en la que mantiene la prisión de Elosua y Arratíbel y en la que desvela, punto por punto, los movimientos, contactos y actividades que originaron el denominado sumario de los intermediarios. El juez acordó recabar de las autoridades francesas los 825 millones de los Revilla interceptados a ETA y ordenó que todos los intermediarios se presenten en el juzgado entre los días 1 y 5 de cada mes. También ha ordenado investigar la participación como intermediarios de Ignacio Arregui, Iñaki Aseguinolaza y Patxi Arratíbel en los secuestros de Diego Prado, Pedro Guzmán y Jaime Caballero, respectivamente.Primeros contactos. Tras el secuestro de Emiliano Revilla, Miguel Gil Lausaque, El Sordo, funcionario jubilado de la Delegación de Hacienda de Soria, obtuvo autorización de Antonio Revilla, hijo del secuestrado para negociar en nombre de la familia. El 17 de marzo de 1988, Gil telefoneó al abogado Ignacio Arregui, mediador en el secuestro de Diego Prado y que comparte despacho con José Antonio de la Hoz Uranga. Arregui puso a Gil en contacto con Francisco Elosúa en el Hotel San Sebastián.

El 24 de marzo, Gil acreditó a Vicente Estrada como negociador de los Revilla. Txornin Estrada e Iñaki Aseguinolaza -quien había mediado en el secuestro de Pedro Guzmán- se mantuvieron a la expectativa.. En sucesivas entrevistas, Elosúa comunicó a Gil que ETA quería 2.000 millones por la libertad de Revilla. Gil hizo una contraoferta de 750 millones.

Negociaciones. Ante las sospechas de que a Gil le vigilaba la policía, las negociaciones siguieron adelante con Txornin Estrada. El 23 de abril, Elosúa telefoneó a Txomin. y cerró el acuerdo: 750 millones serían pagados antes de la liberación del industrial y 100 después.

Traslado del dinero. El dinero, procedente de varias pólizas de crédito suscritas por los Revilla con los bancos Santander (500 millones al 11,25 %) y Central (200, al 13,5 %), había sido llevado a Francia en doce maletas días antes para evitar el control de la Policía. Los billetes viajaron de casa de Antonio Revilla a la de Txomin Estrada, en el País Vasco. Las maletas fueron distribuidas en tres coches conducidos por Aguirre, Txornin Estrada y Aseguinolaza, que pasaron la frontera acompañados por tres mujeres no identificadas. E1 dinero quedó depositado en una furgoneta en casa de un amigo francés de Rafael Aguirre. Tres días después la llevaron al hotel Amatxu. Juan Bautista Beitia, amigo de los Estrada, encargó a Aguirre el alquiler de otra furgoneta para despistar a la policía.

Primera entrega. El 24 de abril, Aseguinolaza y Txomin Estrada, de acuerdo con el plan de Elosúa, esperaron en la pista de patinaje de Anglet. Un individuo en moto, que resultó ser el miembro de ETA Ignacio Aguirre Sainz que había sido enviado por Francisco Múgica, Artapalo, ordenó a Aseguinolaza seguirle hasta el garaje de la Clínica Lafourcade, en Bayona, donde cambiaron el dinero de maletas y lo introdujeron en otra furgoneta a disposición de etarra. Aseguinolaza pidió un recibo pero el etarra se negó a entregarlo, porque la cifra del rescate era otra".

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Pago interceptado. El 26 de abril la policía francesa detuvo a José Félix Pérez Alonso, que había acudido a recoger la furgoneta con el dinero. En los días siguientes, Aseguinolaza y Txomin. Estrada recibieron una carta de ETA en la que les culpaban de la detención de Pérez Alonso y señalaban que el precio del rescate eran 2000 millones. La misma carta convocaba a Patxi Arratibel a una cita en Francia, donde el 14 de mayo es confirmado como negociador de ETA.

Segunda negociación. Arratibel, "con ánimo de lucro ilícito", según el auto, pidió a través de Vicente Estrada, 100 millones a los Revilla, "con el falso pretexto de garantizar posibles perjuicios si se conociese su participación en las negociaciones. Posteriormente esta cantidad fue rebajada a 75 millones. Arratibel insistió en que el precio del rescate eran 2.000 millones, mientras Vicente Estrada alegó que se había fijado en 850. Elosúa confirmó la versión de Estrada y cobró un millón de pesetas por "servicios jurídicos prestados".

Pago a prueba. El 3 de julio de 1988 la policía interceptó en París 100 millones y detuvo al etarra Juan Carlos Echevarría. Este dinero correspondía a un pago realizado por Margarita Revilla y sus circunstancias están aún por aclarar, aunque todo indica que fue efectuado para comprobar si el rescate podía llegar sin problemas a los terroristas.

Tercer pago. El 21 de julio, Vicente Estrada entregó a Arratibel 500 millones para ETA, 75 para él y 25 para los supuestos contrabandistas encargados de trasladar el importe del rescate a Francia. Arratibel se guardó 100 y ordenó a un empleado suyo pagar deudas de su empresa por 68 millones. Saneado el negocio, adquirió la participación de su sus hermanos por 100.000 pesetas.

Nueva extorsión. A mediados de octubre, Arratibel pidió a Vicente Estrada otros 600 millones, que éste le entregó, recibiendo un justificante del pago anterior. Al mismo tiempo, le indicó que el propio secuestrado y ETA negociarían la entrega de 300 millones más. Revilla fue liberado el 30 de octubre de 1988.

Las investigaciones siguen abiertas. El desfile de los intermediarios continúa.

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