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González nombrará a un ministro de Trabajo que no acreciente la tensión entre Guerra y Solchaga

Anabel Díez

El presidente del Gobierno, Felipe González, nombrará el viernes a un ministro de Trabajo que no ponga en peligro el difícil equilibrio que desde hace meses impera en el Consejo de Ministros, dado el enfrentamiento entre el vicepresidente Alfonso Guerra y el ministro de Economía, Carlos Solchaga. Este último pretende "un reequilibrio en el Gabinete", de tal manera que el partido -es decir, Alfonso Guerra- no imponga sus criterios, y aunque no demanda más poder, sí aspira "a que el de Guerra decrezca", según fuentes del propio Gobierno. Desde esta perspectiva, el sustituto de Manuel Chaves tendría que ser una persona ajena a las familias del partido o un técnico de la Administración.

La comisión ejecutiva federal del PSOE se reunió ayer para analizar la actual situación política con la constatación pesimista de que seis meses después de las elecciones generales los socialistas no han podido tomar la iniciativa, toda vez que "no se habla de proyectos políticos sino de los políticos", según dijeron miembros de este órgano de dirección del PSOE antes de comenzar la reunión.En el PSOE existe actualmente un doble debate sobre su situación interna, por un lado, y otro de cara a la sociedad al no conseguir trasladar proyectos políticos, fundamentalmente por los escándalos de Juan Guerra y Rosendo Naseiro.

En este sentido el ánimo con el que acudieron ayer los miembros de la Ejecutiva del PSOE a esta reunión, presidida por Felipe González y Alfonso Guerra, era sumamente crítico hacia el Partido Popular, a quienes responsabilizan de "contribuir a enrarecer el clima político". La Ejecutiva tenía previsto continuar con la política de diálogo y acercamiento con el CDS, PNV y CiU, y que con el tiempo pueda madurar en la sociedad la idea de que ésta es "una política responsable".

El cambio de Gabinete

De otro lado, los miembros de la Ejecutiva federal reconocen que no han sido capaces de transmitir la sensación de que los socialistas comenzaban una nueva etapa tras las elecciones, aunque sí enfatizan la importancia de que el diálogo con los sindicatos se haya reestablecido.

Otro elemento, no obstante, que contribuye a que no se haya generado la impresión de que este partido y el Gobierno tenga "nuevos bríos" lo constituye la negativa del presidente del Gobierno, Felipe González, a realizar un cambio profundo en su Gabinete, a pesar de que así se lo habían requerido miembros del aparato del partido socialista y dirigentes regionales, al limitarse exclusivamente a nombrar un ministro de Trabajo que sustituya a Manuel Chaves.

Dirigentes del PSOE del llamado sector guerrista descartaban ayer que el sustituto de Chaves pudiera ser una persona del entorno del vicepresidente, para evitar que se ahonde el enfrentamiento entre el ministro de Economía, Carlos Solchaga, con este sector del partido y, particularmente, con Alfonso Guerra.

En este sentido, el candidato puede ser "un desconocido" en el mundo estrictamente político, y sus perfiles serían de un gestor no perteneciente a las familias socialistas. Los nombres que han aparecido en estos días han sido los de José Antonio Aguiriano, Vicente Albero y Carlos Romero, todos ellos prácticamente descartados en la tarde de ayer. El Consejo de Ministros nombrará, no obstante, mañana al sustituto de Chaves, y su toma de posesión se producirá la próxima semana.

Equilibrio

Una vez más se vuelve a hablar en el PSOE del "equilibrio" que el presidente quiere mantener entre los dos miembros del Gobierno citados y, mientras que los afines a Alfonso Guerra aseguran que Felipe González nunca pondrá en cuestión su confianza al vicepresidente, personas cercanas a Carlos Solchaga insisten en que el González "alberga en estos momentos un cierto desacuerdo con el vicepresidente, y está más cercano a las tesis de Carlos Solchaga tanto en lo económico como en lo político, aunque es improbable que se lo reconozca". Ministros consultados por este periódico aseguran que Solchaga está "muy tranquilo", decidido a "no pedir más poder pero sí a que Guerra tenga menos". Al parecer, Solchaga observa frecuentes interferencias en su labor de mano del vicepresidente y pide un "reequilibrio de poderes".

Por razones diferentes, otros miembros del actual Gabinete no están cómodos, sobre todo al no tener apenas posibilidades de hablar personalmente con el presidente.

Las fuentes consultadas indican que González tan sólo habla, además de con Guerra, con Rosa Conde, Narcís Serra, Solchaga y, esporádicamente, con Javier Solana.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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