Baile de corrales
Dícese de la acción de embarcar y desembarcar toros en los corrales de la plaza hasta que los veterinarios dan el placet a un encierro completo de un determinado hierro. En la feria de este año, se están prodigando los bailes de corrales. Por lo visto, los veterinarios sevillanos ejercen el deporte de rechazar toros, y no hay nadie que ponga coto a sus desmanes. Los ganaderos afectados se mesan los cabellos ante tamaña tropelía. Probablemente, algunos deberían haberse mesado los cabellos antes, en el campo, cuando recibieron la visita de esa atípica profesión que es la veeduría de toros.No es fácil conseguir una opinión conteste sobre el trapío 0 carencia de él de un toro. El toro en el campo aparenta una cosa, en los corrales, otra, y en la plaza, una tercera.
Además, el número de faculativos que reconocen a los toros es amplio. En Sevilla se aproxima a la docena, y ejercen su labor por rotación. Por ello, es posible que algunas veces pueda haber diferentes criterios. Pero al margen de ese mínimo riesgo, parece coherente convenir que las personas más adecuadas para defender los derechos de los aficionados son los que, por profesión e independencia, están llamados a ello. No parece sostenible que un veterinario de Sevilla, seleccionado para este menester, sea incompetente. Máxime si, quienes así se manifiestan, se han visto. afectados por decisiones contrarias a sus intereses. Los ganaderos, debido a que el toro con trapío cuesta más y se vende peor. Los toreros tratando, y ello es humano, de reducir el riesgo. Que el toro con trapío es contrario a los intereses del ganadero, lo dice uno tan escrupuloso como Alvaro Domecq: "... el trapío lo da la edad y la edad es contraria a la economía del ganadero" (El toro bravo, página 180. Espasa Calpe). El trapío es un concepto subjetivo del observador. La Tauromaquia de Paquiro lo describe con gran rigor: el toro "ha de ser de libras, de buen pelo, o sea, luciente, espeso, sentado, fino y limpio; las piernas secas y nerviosas como las articulaci.0nes, bien pronunciadas y movibles; la pezuña pequeña, corta y redonda; los cuernos fuertes, pequeños, bien colocados y negros o muy oscuros; la cola larga, espesa y fina; los ojos negros y vivos, y las orejas vellosas y movibles". ¿Qué dimensión alcanzaría el baile de corrales con este metro?
Babelia
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