Control Risk asesoró a la familia de Martín Berrocal en la negociación
Pablo Martín Berrocal, liberado hace una semana en Quito (Ecuador) tras más de ocho meses de secuestro, eludió ayer en una conferencia de prensa dar detalles sobre la negociación y el rescate. No obstante, fuentes relacionadas con el caso han confirmado que la familia ocultó que contó durante todo el cautiverio con apoyo y asesoramiento de la firma británica de seguridad Control Risk, aunque los secuestradores indicaron que si lo hacían peligraría la vida del rehén.
Los secuestradores, sobre los que aún ayer Martín Berrocal dijo desconocer si pertenecían al grupo guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional, manifestaron reiteradamente a los parientes del empresario de transportes y de toros durante la larga negociación que se abstuvieran de contratar los servicios de la firma Control Risk o una similar. El incumplimiento de ese punto, amenazaron, pondría fin a las negociaciones y en peligro la vida del rehén. La familia temía que los secuestradores, si advertían el engaño, tuvieran una reacción brutal como enviar por correo una mano de Martín Berrocal para mostrar que no amenazaban en vano.El temor de los secuestradores a Control Risk se basa en que esta firma tiene un amplio historial de intervenciones en secuestros en Latinoamérica y su labor suele endurecer la posición negociadora de la familia de los rehenes. Fuentes relacionadas con el caso han informado que en la preparación del rescate, un millón de dólares (unos 110.000 millones de pesetas) ayudaron distintos amigos y parientes de Martín Berrocal, ya que el tope individual de cambio a dólares es de 300.000 pesetas.
Martín Berrocal eludió dar precisiones sobre la cuantía del rescate pagado y sobre el proceso negociador. Indicó que su familia no le había informado en atención a su aún delicado estado de salud, que resumió en "insomnio, trastornos nutricionales y desbordamiento afectivo". Martín Berrocal aseguró que el último mes sufrió movimientos musculares involuntarios. "Se me movían solos pies y manos".
Golpes de culata
También reveló que los secuestradores al capturarlo le golpearon con la culata de un fusil en el cuello y en una mano, lo que le supuso la fractura de un dedo. Sobre el mal trato psíquico recibido, informó que sus secuestradores le decían: "Fíjese en lo que le quiere su mujer, y no se resuelve esto". "Algunas veces me castigaban sin postre, como a los niños pequeños", agregó.
Aunque reiteró que los "secuestradores son la escoria del género humano", Martín Berrocal declaró lo siguiente: "Les he dicho que me escribiesen, dentro de ocho días, de seis meses, de un año, o de dos, porque estoy convencido de que voy a influir en sus vidas. He hablado mucho con ellos sobre el tema importante de la religión. Les dije que fuese el último secuestro de su vida. Que montasen una empresa y creasen puestos de trabajo y que dejasen de ser secuestradores. Les dije y les digo que les perdono totalmente". El mayor deseo del empresario es olvidar el secuestro y reemprender la vida que hacía antes de ese hecho en España y Ecuador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.