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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Apoyo condicionado

EL GOBIERNO ha conseguido un significativo apoyo a sus tesis sobre la necesidad de alcanzar un pacto sobre competitividad para entrar en la Europa del mercado único con el informe preliminar elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía española. Los expertos del FMI no han dudado en modificar aspectos centrales de su filosofía sobre los rígidos modelos de corrección de los desequilibrios de las economías.Sorprende que la catedral de la ortodoxia económica liberal acepte como buena la posibilidad de que el Gobierno y los agentes sociales lleguen a alcanzar un "pacto para restaurar la negociación centralizada de los salarios y mejorar la competitividad". Hasta ahora, el FMI había sido renuente a cualquier pacto global -salvo en los casos de graves desequilibrios exteriores que obligaban a procesos de ajuste duro, que se traducían en pérdidas de poder adquisitivo de los trabajadores-, y, sin embargo, en el informe de este año señala que el sistema ha resultado muy adecuado en algunos países en lo referente a contención salarial y moderación de la inflación, aunque lleve consigo cierta pérdida de eficiencia en términos microeconómicos, ya que las subidas salariales se pactan globalmente sin tener en cuenta la distinta realidad de las empresas.

La oportunista difusión del informe al dia siguiente de que el presidente del Gobierno iniciara la segunda fase de la concertación social no extraña en exceso, dado el apoyo que la Administración ha recibido por parte de los expertos del FMI y, sobre todo, a lo que se quiere que sea el eje central para los próximos tiempos. El FMI define incluso el camino por el que debe marchar el pacto de la competitividad al decir que, en ese contexto, los salarios reales deben crecer por debajo de lo que lo haga la productividad.

Los secretarios generales de CC 00 y UGT han negado ya la posibilidad de alcanzar un acuerdo global sobre la competitividad, y así lo manifestaron en la reunión que abrió la segunda fase de la concertación. Quieren acordar lo que queda pendiente de la plataforma sindical prioritaria. Del resto de los temas están dispuestos a dialogar, pero nada más.

Si el apoyo al Gobierno en la concertación es amplio, no existe similar graduación en los otros grandes temas de la economía española. Las duras advertencias que hace el FMI sobre posibles desviaciones de la inflación y del desequilibrio exterior como consecuencia de las subidas salariales son algo sobre lo que los responsables económicos españoles inciden verbalmente de forma cotidiana, pero que de hecho no han logrado domeñar. Lo mismo pasa con la reforma fiscal que debe ponerse en marcha,,pero que por ahora está atascada en el campo de los deseos. El esquema de transformación tributaria que plantea el FMI es similar al del Gobierno, pues afirma que no debe limitarse al impuesto sobre la renta, sino que tiene que aprovecharse para modificar, manteniendo la neutralidad respecto a los ingresos, los impuestos indirectos, que deben compensar los menores ingresos por renta, ya que se propone que se reduzca la presión fiscal de las rentas más altas y se camine hacia la unión fiscal con el entorno comunitario.

En definitiva, el informe del FMI constituye un toque de atención para todas las ftierzas políticas y sociales del país, a las que reclama responsabilidad para no alejarse de los éxitos conseguidos durante los años en que se ha practicado la política económica del rigor.

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