No están todos los que son
"No tiene ningún sentido que exista un código deontológico para los médicos ni para ninguna profesión", afirma Marciano Sánchez Bayle, de la Federación para la Defensa de la Sanidad Pública (FDSP). "Los ciudadanos, en su ejercico profesional, deben estar sometidos a las leyes ordinarias", opina.Entiende que aspectos médicos tan concretos e importantes como el aborto, los trasplantes de órganos o la reproducción humana, deben estar regulados por leyes que elabora el Parlamento. Sánchez Bayle considera que el código deontológico elaborado por la Organización Médica Colegial "no es democrático, porque no se ha hecho contando con las opiniones de los médicos, sino solo con los criterios de unas personas que integran la cúpula colegial".
Mala práctica
Para el portavoz de la FDPSP, una organización de carácter progresista, el nuevo código es prácticamente igual al anterior y "de ningún modo recoge el sentir general de los médicos".
En opinión de Patricio Martínez, presidente de la Conferederación estatal de Sindicatos Médicos (CESM), el sentido de este código es defender al paciente frente a una mala práctica médica. "Además", agrega, " no debe ir en contra de las leyes. Y en este sentido es claro el artículo 25 del nuevo código, cuando al obligar al médico a respetar la vida, hace constar que no se sancionará a aquel que dentro de la legalidad actua en contra de este principio". No obstante, Patricio Martínez entiende que hay temas muy concretos sobre los que ni el código, ni la ley definen con precisión la actuación médica, aludiendo al caso de los miembros de los GRAPO en huelga de hambre.
Martínez, especialista en psiquiatría, se pregunta: "¿qué es lo primero?, el derecho a la vida o a la libertad individual?". "Yo creo", responde, "que debe primar el derecho a la vida. Pero no deja de ser muy delicado el forzar a vivir a una persona que no quiere.
Y aquí entraríamos en el tema del suicidio, sobre el que el código dice que el médico nunca dejará de prestar atención al paciente".
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