Ciudadanos bajo sospecha

La Inspección de Hacienda de Valencia parece servir de conejillo de indias para el ensayo de nuevos métodos en la persecución del fraude fiscal. El terreno, parece abonado ya que esta comunidad autónoma es, junto a Cataluña, donde mayores volúmenes de dinero negro se han canalizado hacia las pólizas de prima única. También tiene, según diferentes estudios, los mayores índices de economía sumergida y es, por último, una de las zonas más ricas de España.

Por ello, la labor de un funcionario al frente de la Inspección de Hacienda parece ardua. De Alfredo Pérez Lodares, actual jefe de la Inspección de Valencia, dicen, quienes le conocen, que su manera de ser, un tanto severa y concienzuda, es la más idónea para semejante tarea.

Desde los sectores empresariales valencianos y entre los propios subinspectores de Hacienda parece haber cundido el pánico por unos métodos de investigación del fraude que se consideran abusivos. Por ejemplo, los requerimientos efectuados a las personas que habían celebrado banquetes de boda para solicitarles la factura correspondiente y pidiendo información sobre si se había hecho vídeo o reportaje fotográfico.

Otro ejemplo de los métodos que se siguen en Valencia es la citación que con carácter general se ha efectuado a los empresarios de la zona para que informen sobre la cuenta Hacienda pública acreedora", es decir, para comprobar si las declaraciones de impuestos que se han hecho luego se han traducido en los correspondientes ingresos fiscales.

Según los expertos consultados, el esfuerzo que supone recibir toda esta información no compensará los resultados, ya que lo lógico cuando alguien declara es que luego pague en función de ello. Además, se considera que esta no es una labor de la inspección fiscal si no más bien, de un experto contable, ya que no se comprueban hechos imponibles concretos sino el reflejo en el balance de las cuentas con Hacienda.