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La contaminación del interior de los edificios perjudica mas a la salud que la polución exterior

Milagros Pérez Oliva

La contaminación del aire del interior de los edificios perjudica más la salud que la polución exterior de las grandes urbes. La proliferación de jaquecas, alergias, hongos e irritaciones de las vías respiratorias son las principales consecuencias de la mala ventilación de los edificios modernos, que se están convirtiendo en un problema de salud pública en los países avanzados, según Jan Solwijk, profesor de Epidemiología de la universidad de Yale (EE UU). La Generalitat de Cataluña presentó ayer el primer programa que se emprende en España para afrontar el síndrome del edificio enfermo.

"La mayor parte de la población pasa el 80% de su tiempo en el interior de un edificio, y durante ocho o más horas en edificios generalmente muy mal ventilados y con elevadas tasas de sobreocupación. De modo que la mala calidad del aire no sólo repercute sobre la salud de los ocupantes, sino sobre el índice de productividad. Los empresarios deberían saber que cualquier ahorro que pretendan hacer en las instalaciones de ventilación se traducirá en una disminución de la productividad", afirma Jan Stolwijk.Efectivamente, cada vez son más frecuentes entre quienes trabajan en ambientes cerrados dolencias como la jaqueca, la irritación de ojos, nariz y vías respiratorias, o las infecciones por hongos. La bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer de pulmón serían las consecuencias más graves de este tipo de contaminación, según Lluís Salleras, director general de Salud Pública de la Generalitat.

A los problemas de ventilación hay que añadir, como factor coadyuvante, unas temperaturas generalmente descompensadas. El excesivo calor en invierno o el excesivo frío en verano hacen más vulnerable al organismo frente a las bacterias, hongos y protozoos que proliferan en los conductos de aire y de agua caliente.

"El problema de la contaminación interior es que, habitualmente, ninguno de los agentes contaminantes se encuentra en proporciones superiores al límite considerado como tolerable", afirma Stolwijk. "Pero lo que hace especialmente insalubre este: tipo de Contaminación es la confluencia de diversos factores", añade. Por ejemplo, es fácil que en un edificio confluyan una ventilación deficiente, unasobreocupación, un alto índice de fumadores, amplias zonas con moquetas que recogen los gérmenes y un sistema de aire acondicionado de difícil mantenimiento.

También algunas máquinas contaminan. Las de hacer fotocopias, por ejemplo, desprenden ozono. Si la máquina se instala en una gran sala bien ventilada, no ofrece ningún problema. Pero si se coloca en habitaciones pequeñas y con escasa renovación de aire, se convierte en un peligro para quienes las manipulan.

Fácil de saber

El profesor Stolwijk insiste en que, frente a este problema, lo más eficaz es la prevención porque, en la actual situación, los perjudicados no tienen mecanismos para ejercer un adecuado control ambiental y la responsabilidad está demasiado diluida. Sin embargo, según el profesor Stolwijk, es fácil saber si un edificio está enfermo: basta efectuar una encuesta y preguntar a sus ocupantes si en las dos últimas semanas han sentido alguna de las molestias antes citadas citadas. Si el porcentaje de personas que responde afirmativamente es inferior al 15%, el ambiente es sano. Un porcentaje superior indica que el ambiente de ese edificio debe ser inmediatamente revisado.

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