La falta de debate caracterizó el pleno de la Asamblea china

La Asamblea Popular Nacional china finalizó ayer, después de 16 días, su tercera sesión plenaria con la aprobación, por una mayoría prevista de más del 90%, de 15 resoluciones sometidas a la votación de los 2.713 diputados presentes. La sesión estuvo dominada por la ausencia del debate y por una grisácea unanimidad con la que los dirigentes trataron de mostrar la estabilidad del régimen.

Al comienzo de la sesión, el pasado día 20, el portavoz del Congreso, Yao Gang, afirmó que habría un debate abierto. Sin embargo, todo se ha reducido a elegir al secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, para sustituir a Deng Xiaoping, como presidente de la Comisión Militar Central de la República, y a seguir casi al pie de la letra los informes y dictados oficiales del Gobierno y del partido.Asistentes a plenos anteriores destacaron el gran cambio observado en las práctica parlamentaria china, que en los últimos años se había caracterizado por airear, incluso con crudeza, los problemas del país y la actuación del Gobierno. Ahora, la palabra "estabilidad- como sinónino de uniformidad ha sido la constante.

El informe que presentó el primer ministro, Li Peng, sobre la labor del Gobierno y sobre el programa futuro de estabilidad en todos los terrenos, así como los presupuestos y la ley básica sobre Hong Kong -colonia británica que pasará a soberanía china en 1997-, entre otros, fueron aprobados sin el más mínimo debate.

Salvo algunos diputados que, tímidamente, pidieron más dinero para sus provincias, la sesión se caracterizó por la uniformidad. Tras ésta, podían percibirse con claridad las secuelas de la presión militar de los manifestantes en favor de la democracia, el pasado 4 de junio en Pekín, a consecuencia de la cual murieron centenares de personas.

Respaldo a Li Peng

Muy posiblemente, esta ha sido la razón por la que la Asamblea ha dado un nuevo espaldarazo a Li Peng. El primer ministro, de 62 años, es el representante de la joven línea dura del partido; el abogado de la "estabilidad", como repitió en su informe, o de la firmeza y la ortodoxia en lo político y de la austeridad en lo económico, como señalan sus detractores.Acompañado de sus tres viceprimeros ministros: Yao Yilin, Tian Jiyun y Wu Xueqiang, el jefe del Gabinete afirmó en la conferencia de prensa ofrecida al término del pleno que "con el apoyo del pueblo y del PCCh" se encuentra ahora más confiado para hacer un buen trabajo, que cuando fue designado en 1988.

Sobre lo ocurrido en Tiananmen, Li Peng aseguró que el Gobierno "no tuvo otra alternativa que utilizar la fuerza" cuando vio que tras un "largo tiempo de paciencia" la República Popular y el sistema socialista "se encontraban amenazados", lo cual no sólo logró la salvación de ambos, sino que, afirmó, "contó con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo chino".

Acerca de Zhao Ziyang, entonces secretario general del partido y depuesto después de todos sus cargos, reveló que se encontraba libre" en su casa y que el Gobierno le había proporcionado "muy buenas condiciones de vida", pero recordó que sigue bajo investigación porque cometió "serios errores al apoyar los disturbios y dividir al partido".