David Bellamy: "En Doñana uno podría vivir toda la vida"
El conservacionista británico ha escrito al Rey para pedirle que evite el "desastre de Costa Doñana"
La de David Bellamy es una de las prestigiosas voces internacionales del conservacionismo que clama contra el proyecto de levantar una urbanización junto al parque de Doñana. Bellamy dice que Doñana es un paraíso "en el que uno podría vivir toda su vida" y pide al Rey que haga todo lo que esté en su mano para evitar "el desastre de Costa Doñana". El profesor, entusiasta de la naturaleza española, dice que se puede armonizar desarrollo y respeto al entorno.
"Justo cuando el mundo está despertando a los agudos problemas del medio ambiente, parece que vuestro país está dando la espalda a una de las más importantes reservas de la biosfera", ha escrito el ecologista británico Bellamy al Rey, cuyo interés por la naturaleza dice conocer como consecuencia de anteriores encuentros. Su petición de intervención ha sido contestada por la Zarzuela con una réplica formal que no implica compromiso. "Sólo puedo confiar" en la intervención del Rey. "Si hubiese escrito al príncipe Carlos (para un problema semejante en el Reino Unido), sé que intervendría".Bellamy no para en barras a la hora de defender la naturaleza. Hace años pasó su 50º cumpleaños en una cárcel de Nueva Zelanda por combatir un desmán, pero no es un fundamentalista. Al contrario, su tesis es que los grandes emporios industriales son los únicos que pueden salvar el entorno y lo que hay que hacer es conseguir alinearles junto a la causa verde, idea con la que él trabaja y que suscita críticas.
"Bellamy no es un verde, dicen, porque hablo con la industria, que es lo más verde que se puede ser. Sólo la gran industria puede salvarnos", señala en la sede de la Conservation Foundation, una de las innumerables asociaciones de que es directivo. "La industria produce lo que la gente pide, y nuestro papel es hacer lo que podemos como catalizadores de esa opinión pública".
Bellamy pertenece a la familia de mitos conocidos en el mundo anglosajón por sus libros y programas de televisión. El británico rodó hace años para la BBC un documental sobre Doñana y cree que allí "uno podría vivir toda su vida". "Es un ecosistema húmedo muy importante para animales y plantas", que peligraría si se construye Costa Doñana. "¿Cómo vamos a pedir al Tercer Mundo que cuide de su vegetación si damos malos ejemplos con una de las más importantes reservas naturales del mundo?".
David Bellamy cree que el turismo es una de las armas que podrían usarse para forzar a España a respetar la naturaleza. "Podríamos decir a los miembros de la Real Sociedad para la Protección de los Pájaros que no vayan a España porque no respeta a la naturaleza, y son unos 750.000", dice. "La industria turística ya está preocupada porque los turistas están hartos de los excesos urbanísticos, de la polución, de las playas sucias".
Él propone como alternativa a la concentración turística "extender la época de vacaciones; la primavera y el otoño son las mejores estaciones para ver la flora y la fauna de España". No todos los turistas están interesados en eso, "pero los hay aterrorizados por los desastres. Existen paradores extraordinarios y no hay necesidad de construir esos campos de golf que se ven por todas partes". Bellarny dice que si Costa Doñana sigue adelante él no volverá a España, aunque le pese: "Conozco un tercio de la flota española y no me gustaría morirme sin conocer el resto".
Oportunidad perdida
El ecologista británico, que acaba de llegar de un viaje por las Antípodas, donde tiene varios proyectos de investigación y de televisión en marcha, cree que España está perdiendo la oportunidad de convertirse en un ejemplo de producción agrícola de calidad orgánica y seguir en cierta medida los pasos de la pulcra Nueva Zelanda. Los políticos tienen responsabilidad en ello porque "no reciben buenos consejos", y "la Comunidad Europea (como institución burocrática) está más interesada por la productividad y el beneficio que por el medio ambiente". Los partidos verdes no le merecen mucho crédito. "Petra Kelly, en Alemania, es muy buena y tiene muy buena gente detrás, pero al resto les pasaría como a los rumanos, que tienen el poder y no saben qué hacer con él", señala.Resulta difícil hacerle responder escuetamente a las preguntas. Su pasión y exuberancia verbales son un fiel reflejo de su cabeza poderosa, pelo rizado, barba fuerte y nariz rota. Es un optimista. "Creo que podemos ganar", repite varias veces, lo que parece una máxima vital. "La humanidad tiene un solo enemigo, que es la destrucción del entorno, y estoy convencido de que vamos a dejar las bombas atómicas y las guerras de las galaxias para luchar todos unidos contra él".
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