Unos cadáveres que no descansan en paz

Los cadáveres de un viejo cementerio de Manzanares no descansan. Abandonado desde 1968, cuando se expropió para construir un polígono industrial, y objeto de varios litigios que todavía no se han resuelto, el recinto se ha convertido en foco de atención de los gamberros de esta localidad manchega de 15.000 habitantes. Su travesura más reciente fue desenterrar dos cadáveres embalsamados hace 40 años y colocarlos de guardia en la puerta de una capilla.

No era la primera vez que sucedía. Actuaciones macabras similares han ocurrido bastantes veces en el cementerio de la parroquia de la Asunción, desde que lo expropiara el antiguo Ministerio de la Vivienda para instalar allí un polígono industrial. El pequeño camposanto, pasó posteriormente a ser propiedad del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), quien acabó transfiriéndole a la Consejería de Política Territorial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.En el acta de expropiación el Ministerio de la Vivienda sólo contemplaba los árboles, el terreno y las tapias del cementerio, pero no así las propiedades de su interior.

Algunas familias propietarias de panteones se negaron a abandonarlos y plantearon una dura batalla ante los tribunales contra la expropiación de los terrenos y el traslado de los restos de sus deudos al cementerio municipal. Mientras duraba el litigio, el pequeño camposanto fue quedando sumergido en el abandono más absoluto.

En torno al reciento fue creciendo el polígono industrial que daría vida a la zona, y en los años sesenta el recinto, que todavía asoma al exterior sus cipreses, se vio rodeado por decenas de empresas de todo tipo y por un polígono de viviendas de protección oficial.

Tintes macabros

El convencimiento popular de que las sepulturas pudieran contener importantes tesoros pertenecientes a los difuntos de las familias más ilustres de Manzanares, junto a actos que todos califican como "gamberradas", han dado lugar a la reiterada profanación de sepulturas y mausoleos "."Esto que ha ocurrido ahora -explica el teniente de alcalde de la villa, Antonio Caba- no es la primera vez que sucede. Hace algún tiempo se descubrieron unos restos humanos en el río, lo que hizo pensar que nos encontrábamos ante un caso grave. Posteriormente se descubrió que eran restos sacados del cementerio por unos niños".

Las tumbas se han violado y profanado en muchas ocasiones, señalan fuentes religiosas. En una ocasión fueron abiertos todos los nichos y sepulturas. Pero, probablemente, ha sido en esta ocasión cuando las travesuras de los jóvenes se han visto teñidas de tintes más macabros. Una pareja de ancianos, al parecer un matrimonio enterrrado hace unos 40 años, fue descubierta por la Policía Municipal de la localidad el día 17 de marzo.

Los cadáveres, embalsados y en casi perfecto estado de conservación, se encontraban de pie a ambos lados de la puerta de una capilla.

Entre ambos aparecía una calavera con un cigarrillo entre los dientes. Desde aquella fecha hasta el jueves 29, en que funcionarios del ayuntamiento volvieron a dar sepultura a los dos cadáveres, un buen número de vecinos se acercaron al cementerio para ver el espectáculo.

Pese a que el ayuntamiento ha tapiado la entrada al recinto, la aparición de estos cadáveres ha generado la inquietud en los vecinos que habitan las viviendas colindantes, temerosos de que los gamberros acerquen restos humanos hasta la puerta de sus domicilios.

Sin embargo, la Consejería de Política Territorial, actual propletaria del terreno, inició el viernes el expediente para trasladar todos los restos mortales de esta pequeña necrópolis hasta el cementerio municipal.Esta actuación puede ser el comienzo del fin para una situación singular y unas travesuras muy macabras.