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Repsol y Catalana proyectan crear al 50% una gran empresa para la distribución de gas en España

J. M. CORTÉS / M. A. NOCEDAEl Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), principal propietario de Repsol, y Catalana de Gas ultiman las negociaciones para la creación de una nueva empresa que aglutine al resto de compañías distribuidoras españolas y en la que se integrará Enagas. La entidad petroquímica y la primera distribuidora del país han alcanzado este acuerdo, que debe, no obstante, recibir las definitivas bendiciones de la Administración. Pere Gran, presidente de Catalana de Gas, es el candidato más firme para asumir la presidencia de la nueva empresa gasista.

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La estrategia, pactada entre Óscar Fanjul, presidente del INH y de Repsol, y el Ministerio de Industria, incluye tres fases de integración: la industrial; la del transporte, importación y negocio mayorista, que en la actualidad está encomendado a la empresa nacional Enagas, propiedad al 100% del INH, y la comercial doméstica. La idea, según explicó Fanjul recientemente y reconoció en la junta general de accionistas de Repsol celebrada esta misma semana, es "aumentar la proporción de recursos generados procedentes de esta actividad por su carácter complementario y contracíclico y, por otro, contribuir a la vertebración de un sector excesivamente fragmentado".Fanjul, de acuerdo con Industria, quiere coordinar esas tres actividades, pasando el protagonismo a Repsol directamente. En la actualidad, el grupo petrolero opera directamente en la explosión y, en parte, en distribución por las participaciones canalizadas a través de Repsol Butano. Sin embargo, la labor de transporte queda bajo la gestión de Enagas, en la que Repsol no tiene ninguna participación. Con las nuevas directrices, se agruparían las labores de transporte y distribución, de manera similar a la que realizan en Francia y Gran Bretaña Gaz de France y British Gas.

Para la creación de la nueva sociedad, Catalana y Repsol aportarían todos sus activos del negocio del transporte y de distribución. Repsol, que posee importantes en varias distribuidoras regionales, ha cerrado la compra al Banco Pastor de la participación mayoritaria en Gas Madrid.

Por su parte, Catalana de Gas, controla el 86,53% de Compañía Española de Gas (CEGAS), el 33,37% de Gas Andalucía y la totalidad de Gas Gerona, Gas Lérida y Gas Costa Brava. El acuerdo Repsol-Catalana, que determina lo que será el nuevo mapa gasista español, se ha instrumentado valorando estos paquetes en relación a los activos industriales y a las redes de transporte desparramadas por el conjunto del territorio español.

La participación de la nueva empresa podría recaer directamente en Repsol, aunque lo más seguro es que se haga a través de Repsol Butano, que ya controla las participaciones en 14 distribuidoras regionales de gas.

El papel de Enagas

El segundo paso previsto hacia la mayor integración es incrementar la participación del gas natural en la factura energética del conjunto de la industria española. El último eslabón del nuevo diseño, que, posiblemente, implicará la desaparición de Enagas, cuyos activos serán absorbidos por la nueva empresa que se hará cargo de las redes de transporte mayorista. Es decir, fundamentalmente las vías de entrada a través de las que España importa gas argelino y gas noruego y del transporte de los yacimientos españoles (Serrablo, Huelva, Sestao y las Marismas del Guadalquivir si se explota).

En la actualidad, Enagas asegura este suministro muy condicionado por los cupos adquiridos a Sonatrach -la empresa nacional de Argelia- y los distribuye al sector privado según el esquema previsto en el protocolo del gas elaborado por la Administración en 1983, pero no los distribuye directamente. Esto provoca, según fuentes del holding, que no pueda concretar contratos a largo plazo con sus clientes.

El consejo de administración de Catalana fue informado de la operación en su reunión del pasado martes. La Caixa, primer accionista de Catalana, con el 24%, está dipuesta a aprobar la integración de la empresa con Repsol pero evitando que el proceso incida negativamente en el proyecto de fusión de Catalana de Gas con Aguas de Barcelona. "La integración del negocio del gas en España es prioritaria y hace necesaria la formación de una empresa que agrupe la distribución mayorista y minorista de toda España en base a modelos vigentes en otros países europeos y pensando en el mercado único", manifestaron fuentes ejecutivas de Catalana de Gas.

Por otra parte, la multinacional British Gas, la mayor empresa del mundo en el sector, cuenta con una participación del 10% en Catalana, parecido porcentaje al que tiene Repsol. Ahora, con la integración Repsol-Catalana en una nueva empresa, Repsol consigue al mismo tiempo integrar la zona catalana a la nueva estrategia de distribución de gas y abrir una vía competitiva de suministro por medio del socio británico. El nuevo escenario supone que Catalana segregará sus activos gasistas y, por tanto, si la fusión sigue adelante, Aguas de Barcelona integraría a una sociedad diversificada pero sin su principal activo.

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