La 'magia' de Sanlúcar
La magia existe, ciertamente, pero está en el autor e intérprete de esta obra singular, capaz con su arte de transportarnos a un clima espiritual en que todo parece un poco etéreo, angélico. Lo que no quiere decir que sea una música ligera.Bien al contrario, Manolo Sanlúcar ha creado para esta obra inspirada en el mundo de los toros una música profunda y articulada con rigor. Y muy flamenca. De sus últimas obras es la de expresión más claramente flamenca. Cada tema se traslada a un estilo jondo, y casi siempre con acierto tal que oyendo la música se nos ocurre que el lance taurino de referencia no podía llevar otros sones. Casi, porque a la suerte de varas, por ejemplo, se le da un electrizante y nervioso tratamiento por bulerías que cuesta mucho identificar con la pesadez de esas acorazadas de picar, en frase de Joaquín Vidal. Sólo es un reparo a una obra que ofrece una línea de gran calidad, con pasajes tan hermosos y sugerentes, además de las citadas bulerías, como tangos, alegrías, soleares, bulerías por soleá... en los que se recorre con brillantez toda la gama de sentimiento jondo, desde el intenso dramatismo de la guitarra sola evocando la oración del torero a la fiesta exultante del triunfo que lleva a la Puerta del Príncipe.
Tauromagia
Autor e intérprete: Manolo Sanlúcar. Con Isidro Muñoz (guitarra); Charo Manzano, Antonio Carbonell y Carmen Manzano (voces); Tino di Geraldo (percusión); Juan Parrilla, Pedro Ontiveros y Jaime Muela (flautas y saxo). Madrid. Centro Cultural de la Villa, 27 de marzo
Obra rica, sugerente, llena de atractivo. Manolo Sanlúcar la interpreta, como autor de ella, con un profundo entrañamiento, a cuyo servicio pone su gran capacidad técnica, de virtuoso, que en nada molesta lo intrínsecamente flamenco. Le secunda admirablemente el grupo de que se rodea, mereciendo especial mención los esforzados cantaores, Charo Manzano y Antonio Carbonell.