Adolfo Guerra asegura que no quiso ofender al llamar "imbéciles" a los concejales
Adolfo Guerra González, hermano del vicepresidente del Gobierno, se ratificó ayer ante la juez de instrucción número 3 de Sevilla, Rosalía Fernández Alaya, en las declaraciones efectuadas el pasado mes de febrero en las que tildó de "caricatos e imbéciles" a los miembros de la comisión de investigación de tráfico de influencias del Ayuntamiento de Sevilla, si bien matizó que no era su intención ofender y que podían tomarse muchas acepciones de esos calificativos, según recoge el Diccionario, y que le exculpan de todo ánimo ofensivo.
Por aquellas declaraciones José Antonio Hurtado, concejal del Partido Andalucista, presentó contra él una querella por injurias. La llegada y salida de Adolfo Guerra del edificio judicial se produjo de forma tumultuosa, entre carreras y gritos, negándose a hablar con los periodistas en medio de un altercado entre los guardaespaldas que lo protegían y los fotógrafos que pretendían captar su imagen.A las 10.30 de la mañana en punto -hora de la citación- apareció Adolfo Guerra, rodeado de cuatro guardaespaldas, por uno de los laterales del edificio que alberga los juzgados sevillanos. Asido de ambos brazos por dos de sus protectores más fornidos, que lo llevaban en volandas -tres de ellos acompañaron ya a su hermano Juan cuando declaró ante el fiscal de Cádiz-, Guerra accedió por las escaleras del juzgado hasta el despacho de la juez en la primera planta del edificio. Entre empujones de sus guardaespaldas y gritos de las personas que se vieron arrolladas por la comitiva de periodistas que rodearon al hermario del vicepresidente, éste alcanzó el despacho de Rosalía Fernández, donde prestó declaración por espacio de 30 minutos.
Emilio Lechuga, abogado de los querellantes que estuvo presente en la declaración junto al letrado del Ayuntamiento que tarribién tiene presentada otra querella por estos hechos, señaló al término del acto judicial, que el estado de ánimo de Adolfo Guerra era "de tranquilidad" y mostró su opinión contraria a lo declarado por éste, asegurando que "es dificil encontrar en el diccionario acepciones de estas dos palabras que no tengan en si mismas una carga injuriosa".
Por su parte, la juez Rosalía Fernández, confirmó la ratificación efectuada por Adolfo Guerra y señaló que el caso "puede quedar resuelto pronto, porque la instrucción es bastante sencilla". La juez ha citado a declarar el próximo día 4 a Alicia Gutiérrez, periodista sevillana que recogió los calificativos de Adolfo Guerra.
En relación con el caso Juan Guerra, Alfredo Flores, fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla, firmó ayer la orden para que comparezca a declarar ante él Juan Guerra, en los próximos tres días. Flores calificó de "muy inconcreta" la denuncia criminal presentada el lunes por Izquierda Unida ante un juzgado sevillano "por presunta actividad delictiva" del hermano del vicepresidente. Asimismo, Flores indicó que "se apoya en informaciones de prensa que durante tres meses no han motivado la actuación de un juez de oficio", y que "además no tipifica concretamente ningún delito", por lo que considera que "no debe ser admitida a trárnite".
El fiscal calificó de "improcedente" el que en la denuncia se haga mención expresa de la desconfianza de IU sobre el fiscal general del Estado, Leopoldo Torres, quien según Flores le envió ayer un telefax "de estímulo", en el que le reiteró su "absoluta confianza" y le animó a "seguir la investigación sin limitación alguna ni cortapisa alguna".
La denuncia presentada por IU será estudiada por el juez de Instrucción número 6, Ángel Márquez Romero.
Acepciones
En relación con las posibles acepciones de los dos términos utilizados por Guerra en sus declaraciones, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua señala las siguientes:
Caricato: bajo cantante que en la ópera hace los papeles de bufo. En América se utiliza también como caricatura.
Imbécil: alelado, falto de razón. También, como acepción poco usual, flaco, débil.
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