'Claves' se presenta en Madrid como lugar para la reflexión y el debate

La revista de pensamiento Claves se presentó anoche en Madrid, ante un público que incluyó a escritores, cineastas, banqueros, economistas, periodistas, ministros del Gobierno, ministros de Gobiernos anteriores y significadas personalidades de todos los sectores de la vida pública española, como un lugar de encuentro para la reflexión y el debate sobre la conducta cultural, moral y política. Una frase de Kant, que además figura en la tumba del gran pensador de la razón práctica -la revista se titula en realidad Claves de Razón Práctica-, sirvió al consejero delegado del grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, que la edita, para definir el espíritu de Claves: "Dos cosas llenan mi alma de admiración: el cielo estrellado, fuera de mí, y la ley moral, dentro, de mí".

La presentación del primer número de Claves fue un acontecimiento cultural. Ya lo fue hace una semana en Barcelona, donde la presentación se produjo en similares términos. En Barcelona intervino como introductor de los propósitos de Claves Fernando Savater, uno de sus codirectores; en Madrid fue Javier Pradera, el otro director, el que apareció como presentador. En Barcelona Pabló Jesús de Polanco, presidente de PRISA, propietaria de Progresa, que publica la revista; en Madrid lo hizo el consejero delegado, Juan Luis Cebrián. Con ellos, en el estrado del Teatriz, donde se celebró el acto, estaban anoche el presidente de PRISA y el presidente de honor, José Ortega Spottorno.Javier Pradera, editor que a lo largo Je los años sesenta, setenta y aun ochenta propuso una nueva manera de leer en España a través de su labor en Alianza Editorial, señaló que el propósito de Claves es el de "redescubrir un ámbito para la reflexión y, el debate", menos pasional y visceral que el que propiciaron revistas de pensamiento como Triunfo y como Cuadernos para el Diálogo, cuando en nuestro país era preciso convertir los órganos de difusión del pensamiento "en lugares habitados por la certidumbre". La propia ausencia de un editorial que defina la posición que Claves ocupa en el mundo es una definición de una nueva época: "Claves no parte de certidumbre alguna: es un lugar de encuentro, de reflexión y de debate".

Juan Luis Cebrián expuso el propósito que ha animado a PRISA a poner Claves en circulación. Se trata de disponer de un espacio que permita el diálogo democrático. "La hemos sacado a la calle en un momento en que Claves puede contribuir a recuperar un concepto moral para la Prensa española a través del ejercicio de la crítica y de la reflexión, porque sin crítica y sin reflexión es imposible establecer el diálogo".

Los asistentes

Claves se presentó en un antiguo teatro, el Beatriz, que hoy figura entre los lugares de moda de Madrid, el Beatriz. Allí se congregaron personalidades de todos los sectores de la vida española. Para recibirlas, los que han promovido la publicación y algunas personas de la casa: el director de EL PAÍS, Joaquín Estefanía; el director de la cadena convencional de la SER, Augusto Delkáder, y el director de antena de Canal Plus, Juan Cueto. Los más puntuales fueron el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio; Luis Ángel Rojo, subgobernador de la entidad y colaborador de la revista, y el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. Les siguieron nombres de todos los sectores: empresarios como Plácido Arango, presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, con quien acudió el director de la entidad, Graciano García; ex ministros de la transición, como Fernando Abril, Alberto Ollart, Jaime García Añoveros o Manuel Jiménez de Parga; ministros actuales, como Claudio Aranzadi o Joaquín Almunia; entrantes y salientes de la política, como José María Maravall, o como Javier Tusell y Antonio Fontán, este último director de la nueva revista Nueva Revista y aquél miembro de Cuenta y Razón, y Gabriel Camuñas; políticos muy activos, como Isabel Tocino o Luis Yáñez, Solé Tura, Txiki Benegas o Salvador Clotas, este último responsable de Letra Internacional; letrados como Cristina Alberdi, Clemente Auger, Manuela Carmena, J. I. Pérez Alférez o Román García Varela y Matías Cortés.Los editores, antiguos colegas del editor Pradera, fueron una legión: estaban el presidente de su gremio, Federico Ibáñez, y Francisco Pérez González, Jacobo Siruela, Fermín Vargas, Gustavo Domínguez, Manuel Arroyo, Miguel Visor, José María Guelbenzu, en su doble advocación de editor y de escritor editado por el codirector de Claves. O la actriz Charo López, por ejemplo. Y escritores, como los académicos Joaquín Calvo Sotelo, Francisco Ayala y Ricardo Gullón, Manuel Vicent, Juan Marichal, Juan José Millas, Javier Marías, Vicente Molina Foix, Jon Juaristi, Marcos Ricardo Barnatán, José Ramón Ripoll. Y una escritora de estreno: la profesora, y diputada, Carmen Romero, esposa de Felipe González, que acaba de publicar su primer estudio y traducción del poeta italiano Valerio Magrelli. El duque de Alba, próximo colaborador de Claves: Ricardo Diez Hotchleitner, presidente del Club de Roma; Angel Serrano, consejero delegado de la Sociedad del Quinto Centenario; Alfonso de Salas, editor; el presidente de los editores de diarios, Pedro Crespo de Lara; el médico Manuel Valera; Eduardo Úrculo, el pintor que ahora ha hecho el grueso de los dibujos de la publicación; el también pintor José Luis Verdes; los cineastas Querejeta y Gutiérrez Aragón; el sociólogo Manuel C.astells, el filósofo Víctor Pérez Díaz, el catedrático Elías Díaz, y otro histórico de la generación de Cuadernos, Pedro Altares, son algunos nombres que se pueden citar para describir que la atmósfera de encuentro -o "de reencuentro"- de ideas de todos los sectores de la sociedad española que se propone como objetivo de la revista se cumplió en el día de su presentación madrileña.