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Entrevista:

Céspedes: "La paz en Melilla es irreversible si no la estropean desde fuera"

El delegado del Gobierno achaca la pérdida de votos al distinto efecto de la abstención

Álex Grijelmo

El estilo de Manuel Céspedes no es grandilocuente, porque tiene una boca que sólo puede pronunciar letras minúsculas. El delegado del Gobierno en Melilla, de 50 años, responde a la imagen del muchacho que creció en el barrio urdiendo picias y se hizo policía seguramente para aprovechar sus dotes de constante husmeador. Cuando hace tres años el comisario Céspedes llegó a Melilla, su ciudad natal, el conflicto entre las comunidades musulmana y cristiana tenía a los melillenses en un puro susto. Ahora declara: "La paz de Melilla es ya irreversible si no se empeñan desde fuera en estropearla".

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Céspedes se muestra siempre resuelto. Si se le pregunta en su despacho que adónde han ido a parar los 32.000 millones de inversiones públicas, toma el coche y él mismo lo conduce para mostrar a los periodistas las reformas en el puerto, los arreglos en las vías públicas, el nuevo hospital de 200 camas, las obras para el polideportivo, el nuevo edificio de Telefónica, los nuevos colegios públicos, los arreglos en los antiguos, la biblioteca, el puerto deportivo. Y hasta las inversiones privadas enseña: las obras de dos hoteles y un apartotel, una urbanización de lujo, pisos en construcción, un hipermercado.

Pregunta. Cuando usted llegó a Melilla, el PP tenía los tres puestos de parlamentarios y ahora los vuelve a tener. ¿Significa esto que el esfuerzo inversor del Gobierno ha sido insuficiente?

Respuesta. El 29 de octubre tuvimos los tres escaños nosotros, y de eso no hace tanto tiempo. Los que vienen ahora a Melilla después de tres años notan lo que ha cambiado la ciudad, pero quienes viven aquí no lo. notan tanto. Es como cuando ves a un amigo de la mili y le dices que cómo ha envejecido, y tú, que te afeitas todos los días, no te das cuenta de que has envejecido igual que él. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que se han trasvasado los votos del CDS y de los nacionalistas hacia el PP, y que la abstención aumentó en los colegios de mayoría socialista y disminuyó en los que votan al PP.

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P. Melilla tiene unas atractivas playas y un cálido clima. ¿Por qué no es el gran centro turístico del norte de África?

R. Es una ciudad que estuvo paralizada mucho tiempo y que tenía unos problemas concretos que resolver. El capital privado invierte cuando hay seguridad y una. situación no conflictiva . Ahora estamos viendo las inversiones privadas que han llegado después de que abrieran camino las públicas. Además, Melilla tiene muchos atractivos turísticos que se valoran actualmente. Tiene un aire exótico por estar en otro continente, está junto a Marruecos, y ahora se valora mucho el turismo de aventura, de recorrer tierras exóticas. Además, el viaje a Melilla permite una travesía por mar. España es un país de costas, y sin embargo muchos españoles no han hecho nunca un viaje de recreo por mar.

"Aquí podemos vivir todos"

P. Cuando usted llegó, la policía golpeaba a los musulmanes en las manifestaciones. Ahora los musulmanes votan al PSOE. ¿Qué ha pasado?

R. Cuando llegué aquí, dije que uno de mis objetivos era recuperar la paz cívica, que todos los melillenses disfruten de lo imprescindible para sentirse libres: la seguridad jurídica. Había una parte importante de ciudadanos que ni siquiera lo eran, y a algunos se les expulsaba por los problemas más nimios, como una. bronca de vecinos, y se expulsaba al musulmán de la bronca y también a su mujer y a sus hijos, que a lo mejor ya estaban escolarizados aquí. Yo he tenido la penosa obligación de revisar esos expedientes, y he llegado a asustarme de cómo se puede ser tan injusto. Por tanto, había que hacer un esfuerzo para resolver eso. Si la gente se siente libre es además menos agresiva y menos conflictiva. Y la otra parte toma conciencia de que aquí podemos vivir todos y recuperar la conciencia histórica de una ciudad cosmopolita. Conseguido esto, se puede hablar ya de desarrollo económico y turístico.

P. ¿Qué opina de Dudú?

R. Es extraordinariamente egoísta, no supo digerir su éxito momentáneo, se emborrachó de poder, que lo tuvo. Pero era un poder desproporcionado respecto a su honestidad política. Utilizó a los musulmanes en beneficio de su egolatría. Tampoco era una persona a quien se pudiese identificar con el colectivo musulmán: no habla el cherja, siempre tuvo amigos cristianos de posición económica, yo creo que no conoce un solo versículo del Corán. En el fondo, se siente español. Ahora [exiliado en Marruecos] lo está pasando muy mal.

P. Pero él sirvió para unir a un pueblo tratado injustamente.

R. La unidad les vino dada por su situación de inseguridad jurídica. Si Dudú se lo recordó, ésa fue su virtud. Pero él fue siempre un instrumento de otros.

P. ¿El cherja tendrá protección algún día en las leyes?

R. Soy partidario de que sea protegido por el futuro estatuto.

P. ¿Está usted contento en Melilla? ¿Ha terminado su obra?

R. Yo me siento satisfecho, aunque queda mucho por hacer en el terreno social. Se ha logrado la paz y la libertad y la convivencia entre las dos culturas. Todos los partidos, incluso los más reticentes, han aceptado la integración de los musulmanes. Si no se estropea desde fuera, como ha hecho Alvarez Cascos [secretario general del PP], esta situación es irreversible. Pero a veces viene alguien de fuera y vuelve a sacar el tema de la soberanía, que estaba ya enterrado. Ha venido un señor que ha tenido la visión para su partido, que no para Melilla, de jugar con un tema como ése para aglutinar los votos de quienes quieren acusar al PSOE de entreguismo. En 1986 nos lanzaron huevos y ahora nos lanzan la piedra del entreguismo.

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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