Aquella nota oficial
El comisario Manuel Céspedes vio cuestionada su credibilidad al poco tiempo de llegar a Melilla como delegado del Gobierno. Tuvo la culpa una nota oficial que él avaló.El 6 de febrero de 1987 moría Mohamed Hammu, de 41 años y padre de cuatro hijos, por los disparos de un guarda jurado melillense. La policía ofreció una versión de los hechos tendente a atenuar la culpa del presunto homicida.
La nota oficial hablaba del asalto de unos musulmanes al coche de un cristiano y la reacción del padre de éste al ver que su hijo era acuchillado. Esta primera versión no fue rectificada públicamente.
La realidad (EL PAÍS del pasado 7 de febrero de 1987) fue diferente. El joven cristiano Miguel Sánchez Luque retiró violentamente una barricada que habían colocado unos musulmanes, éstos le recriminaron y el muchacho se fue. Momentos después, Sánchez Luque volvió con una escopeta y disparó. Los jóvenes musulmanes, sin embargo, le rodearon y le desarmaron. En ese momento llegó el padre del muchacho cristiano, que disparó a su vez con un revólver. En este tumulto se produjo el disparo que hirió mortalmente a Mohamed Hammu y la puñalada que recibió Miguel Sánchez Luque.
El comisario Manuel Céspedes sospechó tiempo después que la versión transmitida por la policía melillense tal vez no era cierta. Él personalmente dirigió la investigación y comprobó los hechos.
La nueva información policial, según se ha sabido ahora, ha sido incorporada al sumario, que sigue su lento trámite en los juzgados mientras el presunto homicida permanece en libertad provisional.
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