Una Roca libre de toda sospecha
En diversos artículos aparecidos recientemente en la Prensa española se viene calificando a Gibraltar como centro de contrabando de tabaco, narcotráfico y blanqueo de dinero. Sirva de ejemplo el artículo bastante extenso que publicó EL PAÍS el pasado día 11 de marzo. Dichos artículos podrían dar al lector la impresión de que de alguna manera el Gobierno de Gibraltar y, por implicación, el Gobierno británico protegen a los narcotraficantes y toleran que se blanquee dinero a través de las instituciones financieras establecidas en Gibraltar. Esto es del todo incorrecto.En un artículo publicado en EL PAÍS el 8 de marzo se describía en detalle cómo se exporta tabaco desde Gibraltar a España, citando ampliamente un informe que le fue entregado al ministro británico de Asuntos Exteriores, Douglas Hurd, en el transcurso de la reunión que mantuvo con Fernández Ordóñez el 26 de febrero. El autor del artículo omitió mencionar que los ministros habían acordado que el Reino Unido incluiría a Gibraltar dentro del ámbito del Convenio de Nápoles sobre la Cooperación Aduanera, de 1967. El Gobierno gibraltareño acoge con satisfacción y apoya la decisión de incluir el territorio dentro del ámbito de este instrumento legal. Asimismo, el autor tampoco mencionó las medidas adoptadas por el Gobierno de Gibraltar para controlar el contrabando de tabaco, ni el grado de cooperación local que ya existe entre las; autoridades aduaneras gibraltareñas y españolas.
En lo que se refiere al tráfico de tabaco, hay que entender que en Gibraltar, al igual que en la mayoría de los países, es perfectamente lícito que una persona exporte cigarrillos u otros artículos a otro país siempre que cumpla las disposiciones locales correspondientes. Si posteriormente intenta introducir dichos artículos clandestinamente en otro país, puede cometer un delito según la ley de ese país. Sin embargo, aun cuando el tráfico no quebrante la ley del país de donde procede, puede constituir un acto de mala vecindad, y de esto son conscientes tanto el Gobierno gibraltareño como el británico. Francis Maude, secretario de Estado del Foreign Office, manifestó al periódico Gibraltar Chronicle el pasado 23 de enero: "No considero aceptable que un territorio cuyas relaciones internacionales dependen de nosotros se utilice como base para el envío de artículos a un país vecino y amigo con el propósito intencionado de evadir los controles aduaneros de dicho país". El Gobierno de Gibraltar ha adoptado recientemente medidas firmes contra el contrabando de tabaco: se ha cuadruplicado el impuesto de exportación sobre una caja de cigarrillos; se han introducido nuevas disposiciones legales que permiten la incautación de embarcaciones. Estas medidas han tenido como resultado un sensible descenso del tráfico. Las autoridades gibraltareñas están comprometidas en el grado de cooperación entre servicios de aduana que es normal entre vecinos europeos, como demuestra la determinación de incluir a Gibraltar dentro del ámbito del Convenio de Nápoles.
En lo que se refiere a las drogas, los dos ministros de Asuntos Exteriores también acordaron extender a Gibraltar los acuerdos anglo-españoles sobre drogas y extradiciones, medida que Gibraltar también apoya plenamente. La legislación gibraltareña en esta materia ya es rigurosa y eficaz. Está recogida en las ordenanzas sobre delitos de narcotráfico y el uso indebido de las drogas, que tienen su base en la correspondiente legislación británica. En un aspecto la legislación gibraltareña va más allá que la británica. Se considera automáticamente que se dedica al tráfico toda persona a la que se encuentre en posesión de más de una (pequeña) cantidad de estupefacientes. El Reino Unido ha estado en la vanguardia de la lucha internacional contra el narcotráfico, y su legislación y la de Gibraltar han sido elaboradas para impedir que los narcotraficantes saquen beneficio de sus actividades. El Reino Unido ha convocado una conferencia ministerial mundial sobre la reducción de la demanda de las drogas, que tendrá lugar entre los días 9 y 11 de abril, y a la que el ministro español de Sanidad ha sido invitado a asistir. En cuanto al tema del blanqueo de dinero, he de señalar que los bancos en Gibraltar se encuentran sometidos a un sistema supervisor y regulador que está plenamente a la altura de las normas europeas. La supervisión se realiza de acuerdo con los usos del Banco de Inglaterra, y todos los bancos dentro de la jurisdicción de Gibraltar están obligados a atenerse a la Declaración de Basilea sobre el blanqueo del dinero.
Contrabando y 'blanqueo'_
Las autoridades británicas y gibraltareñas confían plenamente en la eficacia de esta supervisión de la banca. Mirando el conjunto del sector financiero, está ya muy avanzado el trabajo para la creación de una comisión de servicios financieros, con la correspondiente estructura reguladora, que controlará los servicios financieros en Gibraltar.
Mientras tanto, prosigue la cooperación transfronteriza entre la policía y la aduana gibraltareñas y sus colegas españoles, que por su propia naturaleza recibe poca difusión. Miembros de los diferentes cuerpos y fuerzas de orden público que trabajan en la zona se reúnen con frecuencia e intercambian información libremente.
Estos intercambios cuentan con el pleno apoyo de los gobiernos del Reino Unido y Gibraltar, que mantienen su compromiso con la estrecha cooperación entre las fuerzas de orden público.
Lamentablemente, ninguna parte es inmune de las atenciones importunas de los contrabandistas y blanqueadores de dinero.
El motivo de este artículo es el de insistir en que ni el Gobierno gibraltareño ni el británico tolerarán la ilegalidad. Del mismo modo, ambos gobiernos están comprometidos a cooperar con las autoridades españolas en la supresión del narcotráfico y del blanqueo de dinero, e investigarán a fondo cualquier indicio de que se estén llevando a cabo dichas actividades.
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