Una película desafortunada
Tengo que confesar que no me gusta demasiado esta última obra de Jorge Grau, un cineasta atractivo y lleno de ideas, cuyos últimos proyectos han sido demasiado irregulares, con más interés en las propuestas iniciales que en los logros definitivos.Sería maravilloso poder utilizar dos medidas, una para el cine internacional, mucho más estricta y exigente, y otra para las producciones hispánicas, con la benevolencia que nace de la comprensión ante una situación dura y difícil en la que dirigir una película -y no digamos producirla, interpretarla o fotografiarla- tiene más que ver con el milagro que con la lógica racional, pero, por desgracia o por suerte, ha de haber una misma medida para todos.
La puñalada
Producción: Enrique Viciano- Televisión Española-IPC. Guión: Jorge Grau, Gustavo Hernández y Enrique Viciano. Imágenes: Carlos Suárez.Música: Joan Albert Amargos. Dirección: Jorge Grau. Intérpretes: Luis Femando Alvés, Christian Vadim, Sopnie Renoir, Patxi Bisquert, Fernando Guillén, José Vivó, Lluís Hostalot. Estreno en Madrid: cine Magallanes.
La puñalada intenta ser muchas cosas y, a mi modo de ver, apenas si consigue sus propósitos, porque los elementos que la forman no aciertan a cuajar y cada uno va por su lado, sin que el proyecto llegue a conmovernos.
Como relato de acción, La puñalada no alcanza esa perfección técnica -más allá de la justificación interna de las peripecias argumentales y de la necesaria concreción con el estilo del relato y la relación entre los distintos personajes- que exige el género, y no se puede decir que se haya logrado siquiera un nivel aceptable.
Los continuos guiños entre la historia rural -centrada en un triángulo amoroso de campesinos de una pequeña aldea de los Pirineos amenazada por un grupo de bandoleros- y la vida contemporánea no aciertan a justificar las debilidades de una narración en la que la violencia sádica no parece nacer de los mismos hechos, sino de una decidida voluntad de subrayarlos innecesariamente.
Es una lástima tener que reconocer estos fallos en relación con un cineasta que aprecio mucho personalmente, y cuyo trabajo me ha interesado siempre -y seguirá interesándome, por supuesto- más allá de sus últimos errores.
Babelia
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