Dos mociones se oponen al cambio
Han sido presentadas oficialmente tres mociones al 19º Congreso extraordinario del Partido Comunista Italiano (PCI): una por el sí y dos por el no. La del sí, que pide una refundación radical del partido y la apertura de un proceso constituyente que dé vida a una "nueva fuerza política de la izquierda", es la capitaneada por el secretario del partido, Achille Occhetto, y por toda su secretaría (Veltroni, Mussi, Petruccioli, Fassino, D'Alema, Imbeni, Colajani y Folena), que ha logrado una adhesión del 66% en los congresos provinciales previos.Por el no han sido presentadas dos mociones. La primera es la del veterano dirigente Pietro Ingrao, que ha obtenido el 30,3% de los votos precongresuales y que no está de acuerdo con el cambio de nombre y de los viejos símbolos del partido, porque estima que el PCI ya había cambiado y nada tiene que ver con los otros partidos comunistas ni del Este ni del Oeste.
Ingrao, que se había sentido muy ofendido cuando Occhetto anunció meses atrás su revolución porque no fue consultado -Ingrao se encontraba aquel día en España-, cree que la hipótesis de refundación del partido puede llevar al PCI al campo del craxismo, es decir, a la derecha. Al mismo tiempo, opina que justamente hoy, tras lo ocurrido en el Este comunista, es más necesario que nunca un verdadero partido comunista como el italiano, que no acepte el capitalismo como panacea de todos los males.
Por último está la moción del empedernido filosoviético Francesco Cossutta, un nostálgico del comunismo-comunismo, que ha reunido sólo el 3,7% de los votos previos y que quiere que el PCI siga siendo un partido eminentemente de lucha y en clave antúmperialista.
En el grupo de Ingrao han confluido sus seguidores puros, la llamada izquierda del partido (formada por Ingrao, Magri, Castellina, Garavini) y algunos centristas que han abandonado a Occhetto, como Natta, Tortorella, Angius y Minucci.
