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Medio Parlamento tendría que dejar el escaño de aprobarse las incompatibilidades

Anabel Díez

La mitad de los diputados y senadores de las Cortes se verían obligados a abandonar sus escaños si finalmente fueran aprobadas en sus términos actuales las diferentes propuestas sobre incompatibilidades presentadas por los distintos grupos parlamentarios. Las negociaciones para regular esas incompatibilidades y el tráfico de influencias las realizarán los líderes políticos en conversaciones reservadas al margen de los trabajos de la ponencia, que, dentro de la comisión constitucional del Congreso, se encargará de dar coherencia al correspondiente paquete legislativo presentado.

Así lo aseguraron portavoces de la oposición y también se desprende de la composición de la ponencia que ayer se constituyó donde no figuran diputados con peso político, aunque sí de probada cualificación jurídica.En nombre de los socialistas actuarán Ángel Luna, José María Mohedano y Carlos López Riaño, que ayer se vieron sorprendidos por el resto de los componentes de otros grupos, principalmente del Popular. Los conservadores estarán representados por Jaime Ignacio del Burgo, de Unión del Pueblo Navarro, y Juan Carlos Aparicio, antiguo diputado del Partido Liberal y recién llegado a las filas del PP. Estos diputados no han tenido participación en los debates públicos sobre el tráfico de influencias.

Dirigentes del PP justificaron su elección ante la certidumbre de que las negociaciones se realizarán "en los despachos" y que en los trabajos de ponencia los representantes de cada grupo serán correa de transmisión de lo que indiquen sus jefes de fila tras conversaciones entre bambalinas con el presidente del grupo socialista, Eduardo Martín Toval.

Convergència i Unió ha designado a María Eugenia Cuenca; Izquierda Unida a Pablo Castellano; el CDS a Fernando Castedo; el PNV a Joseba Zubía, y el Partido Andalucista a Antonio Moreno.

El debate sobre tráfico de influencias, incompatibilidades y por ende de Juan Guerra -hermano del vicepresidente del Gobierno-, tuvo ayer continuación en el club Siglo XXI en un coloquio en el que participaron Ángel Luna, por el PSOE; Federico Trillo, del PP, y Pablo Castellano, de IU. Trillo y Castellano dejaron patente su desagrado ante la regulación de incompatibilidades que impidan ejercer otra profesión pública o privada, aunque se guardaron muy bien de señalar que sus respectivos grupos se opondrán a este férreo régimen. Todos los grupos repiten que están dispuestos a llegar "tan lejos como el que más", aunque en privado lo más suave que dicen es que se trataría de una absoluta aberración.

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"Casta apesebrada"

El socialista Ángel Luna consideró perfectamente normal que los parlamentarios sólo vivan de su sueldo, al igual que ocurre con los altos cargos de la Administración, mientras que Trillo estimó que la Cámara se compondría de una "casta apesebrada" distante de la "pluralidad social", mientras que Castellano vislumbraba un Parlamento "burocratizado".

Trillo hizo numerosas referencias al caso Juan Guerra, no así Castellano, que insistió en la necesidad "de transparencia y publicidad de la vida pública". Trillo dio a entender que su grupo abandonará este caso, e ironizó sobre el vicepresidente señalando que a partir de hoy .gobernará el país el hermano de Juan Guerra", al partir Felipe González en viaje oficial y recaer la jefatura del Ejecutivo en el vicepresidente. Luna se esforzaba en señalar que lo mejor sería olvidar el pasado y hablar de una regulación que impida el tráfico de influencias.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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