Un grupo de uno

El Gobierno balear tiene la mayoría absoluta en la Cámara gracias al voto del diputado Carlos Ricci, que se pasó del CDS al Grupo Mixto. En otra paradoja de esta autonomía, el Grupo Mixto ni es grupo ni es mixto. Es sólo una persona: Carlos Ricci, el auténtico primer tránsfuga, aunque él aclara: "El tránsfuga es mi ex partido, el CDS, no yo".En los momentos trascendentales el voto de Ricci cae del lado del Gobierno, que gana por 30 a 29. Mientras los consejeros tienen tiempo para negocios públicos y privados, a Ricci le absorbe absolutamente el Parlamento. "Yo estoy aquí de 9 de la mañana a 9 de la noche. Y eso que no tenemos sueldos. He dejado mis empresas para dedicarme mejor a cumplir mi programa político. Y hasta he trabajado en julio y agosto".

Efectivamente, los parlamentarios no tienen sueldos, sólo dietas por reunión. Ricci se apunta a todas las comisiones, y además el grupo mixto recibe una subvención mensual de 125.000 pesetas.

Dieta a dieta, el desprendido diputado del Grupo Mixto resulta ser el político balear mejor pagado, con unos 8 millones de pesetas.

Gracias a su voto, el Gobierno comprará por unos 3.000 millones de pesetas unos terrenos de Cala Mondragó. Ricci niega que tenga un despacho de influencias: "Es que me parto de risa cuando dicen eso. Me han brindado trabajos muy interesantes, pero no los he querido aceptar".

Un lujo ecológico

El gasto de 3.000 millones en tierras de Cala Mondragó ha escandalizado a los ecologistas. "Quieren hacer creer a la opinión pública que la ecología es un lujo", dice March, portavoz del grupo. "Esto es falaz, porque ellos se encargan de encarecerla: primero dan derechos para construir y luego declaran que es un espacio natural".

"Por las 300 hectáreas de la isla de Sa Dragonera", dice el portavoz de los ecologistas, "se pagaron 300 millones, ahora por 100 hectáreas de Cala Mondragó se pagan 3.000 millones (1.950, más los intereses en 10 años)". El propietario del terreno, el alemán Josef Schörghuber, celebró la compra con champán Dom Perignon en el hotel más lujoso de Mallorca.

El alemán compró los terrenos a precio de rústicos; luego el ayuntamiento de Santanyí, del PP, decidió hacerlos urbanizables; cinco días después de esta decisión municipal, el Gobierno balear, también del PP, los compró. El Gobierno pagará 3.000 millones por algo que, en cuatro ocasiones, la oposición había pedido proteger, la última en mayo de 1988.