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El relevo en la Policía Municipal permite descubrir una furgoneta equipada con material de espionaje

El reciente relevo de mandos que se ha producido en el seno de la Policía Municipal de Madrid ha permitido el descubrimiento de una misteriosa furgoneta camuflada, perfectamente equipada para realizar misiones de vigilancia y espionaje, según informó ayer el concejal de seguridad y Policía Municipal, Fernando Bocanegra. Ningún responsable municipal conocía la existencia de este vehículo, que supuestamente data de la época en la que era concejal de seguridad el socialista Emilio García Horcajo. El alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, ha ordenado la creación de una comisión investigadora.

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El pasado 23 de febrero, el nuevo subinspector habilitado, Pedro Ayuso Ruiz, al hacerse cargo de las instalaciones de la Unidad de Protección Ciudadana de la Casa de Campo, descubrió la existencia de una misteriosa furgoneta de la marca Ebro. Nadie sabía qué utilidad tenía dicho vehículo, en cuyos laterales figura la inscripción: "Productos químicos y droguería". Estos letreros ocultaban otros en los que se indica que la furgoneta está destinada a la venta ambulante.Tras ser abierta la furgoneta, se hallaron un televisor, un vídeo, unos prismáticos, cámaras y material fotográfico, un trípode y un maletín portadocumentos en cuyo interior había un equipo de grabación. La cinta magnetofónica oculta en el portafolios empezaba a funcionar automáticamente, siempre que las ruedecillas de apertura se colocasen en la clave 003.

Las ventanas laterales y posteriores de la furgoneta disponen de un juego de cristales ahumados, que permiten ver sin ser visto, es decir, que desde el interior es factible observar y filmar lo que ocurre en el exterior sin miedo a ser sorprendido. El habitáculo estaba preparado para que sus ocupantes pudieran pasar bastante tiempo sin abandonarlo, puesto que dispone de un evacuatorio portátil y un cepillo para la limpieza del mismo.

El vehículo estaba transformado en un Apolo: un vehículo camuflado y preparado para realizar vigilancias y seguimientos de sospechosos. Es una especie de equipo de espionaje portátil. Sin embargo, el concejal de Seguridad y Policía Municipal, Fernando Bocanegra, se mostró ayer "sorprendido e impresionado" por la existencia de este servicio, que era totalmente ignorado por el Ayuntamiento.

El alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, ha firmado un decreto para que se nombre un equipo de investigación para aclarar quién, cuándo y cómo se creó esta unidad de espionaje y de quién dependía orgánicamente. El concejal Bocanegra manifestó que los 40 policías que integraban este extraño servicio funcionaban obedeciendo órdenes verbales.

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Entre los escasos papeles localizados figura una carta firmada por el anterior director de servicios de la Policía Municipal, Vicente Márquez, de fecha 28 de abril de 1988. En la misiva, dirigida al secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, se solicita la asignación de varias matrículas reservadas (secretas) para un vehículo camuflado. Vera remitió ayer al alcalde toda la documentación que obraba en su poder sobre el furgón.

El 11 de julio de 1988, Rafael Vera contestó a Vicente Márquez que la furgoneta podía utilizar las matrículas siguientes: M-5472-1V; M-5742-IV; M-6259-IV y M-57054-V. Las citadas placas han sido halladas en el interior del furgón.

Bocanegra dijo ayer que resulta "insólito" que un director de servicios de la Policía Municipal se cartee directamente con el secretario de Estado para la Seguridad, sin hacerlo a través de sus mandos políticos.

Marqués de Suanzes

La investigación efectuada hasta ahora no ha permitido saber en qué misiones fue empleada la furgoneta espía. No obstante, este periódico ha comprobado que entre la documentación recopilada hay una nota manuscrita, fechada el 20 de octubre de 1988, en la que se indica la conveniencia de que el Apolo sea empleado en la colonia del Marqués de Suanzes.

En aquellas fechas, los vecinos de la citada colonia mostraron su oposición a que ésta fuera abierta al tráfico y que su calle principal sirviera de vía de enlace entre Hortaleza y San Blas. El conflicto provocó diversos enfrentamientos entre los vecinos y la Policía Municipal, que utilizó por primera vez material antidisturbios.

En otro documento, rubricado por el ex director de servicios de la Policía Municipal, se dice: "Ante el incremento de los servicios de información que se vienen efectuando por policías de paisano..." Esto permite suponer que durante el período socialista hubo una unidad dedicada a labores que tradicionalmente han sido del Cuerpo Nacional de Policía.

En octubre de 1988, el anterior concejal de Seguridad, Emilio García Horcajo, quiso realizar una reforma de la Policía Municipal, entre cuyas novedades estaba la creación de una unidad de agentes secretos con seis motos, tres coches y dos furgones camuflados.

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