La ley del silencio
Siguió el paréntesis. Si anteayer nadie fue capaz de creer que iba a mantenerse la ligera recuperación, 24 horas más tarde las vacilaciones impusieron su peso. Una especie de ley del silencio a la espera de que la inversión institucional resuelva dar un paso decidido para conferir mayor firmeza. A la fiebre de las altas remuneraciones de los depósitos a la vista, se añade el proyecto del Tesoro de distribuir deuda pública a través de fondos de inversión. Demasiada competencia para una bolsa debilitada por patologías congénitas y acorralada por el miedo a los vaivenes de las plazas financieras internacionales. Si los fondos de inversión canalizan estos títulos, la competencia se planteará en términos fiscales.
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