¿Está de moda hablar mal del PSOE?

Tengo 45 años de edad, trabajo ocho horas diarias en un lugar que odio; mi vida es más bien sosa y no le culpo al PSOE de mi aburrida existencia. No soy militante ni me relaciono con nadie del partido; eso sí, soy un votante incondicional de una filosofía política bella y utópica desde los tiempos del cristianismo primitivo.La derecha decimonónica española, sabiendo del eterno ma-

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lestar de la clase baja y media de los ciudadanos (desde el incompetente que no es capaz de sacar unas oposiciones y echa la culpa a no tener un carné del PSOE en el bolsillo, pasando por el paria que ganando 70.000 pesetas al mes, tiene cinco hijos y la pretensión de comprarse un BMW, hasta el zampabollos que ahora debe pagar a Hacienda y antes escurría el bulto), lo explota para proyectarlo al Gobierno de los socialistas, como peyorativamente gustan llamar.

Hace años leí un libro de viajes de James Michener, titulado Iberia, y deduje tras su lectura que los españoles éramos unos fulleros y que no podemos cambiar ni con el PSOE ni con el CDS ni con Gorbachov.

Es demencial el alboroto que se armó con el puñetero despacho cuando lo preocupante está en la invasión de capital extranjero, de la chusma que medra en la Costa del Sol, de la bobada del tren de alta velocidad Madrid-Sevilla, de la eterna incultura de los españoles.- Pepe Valenzuela Egea.