Londres se compromete a reforzar su cooperación en la lucha contra el narcotráfico en Gibraltar
El Gobierno británico se comprometió a reforzar su cooperación con España en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando en Gibraltar, pero la reivindicación española sobre la colonia no progresó un ápice al término de la reunión casi monográfica que celebraron ayer en el madrileño palacio de Santa Cruz los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Francisco Fernández Ordóñez y Douglas Hurd. En su primer viaje a Madrid para conversar sobre el Peñón, Hurd fue recibido ayer por el rey Juan Carlos y por el presidente del Gobierno, Felipe González.
A pesar del contencioso bilateral, el ambiente fue lo suficientemente distendido como para que, tras su segundo encuentro del día, Fernández Ordóñez llevase a su homólogo británico a tomar un café a la Plaza Mayor.La cordialidad del gesto no impidió al jefe de la diplomacia española expresar su descontento porque no se haya producido ningún avance sobre la cuestión de la soberanía que reivindica España. "No se puede entender", dijo el ministro, "una confederación europea o una casa común europea como la que se proyecta construir mientras perdure una situación tan anacrónica como la de la colonia". "Sólo nos queda esperar que el Gobierno o el pueblo británico con el tiempo, más bien pronto que tarde, nos den la razón".
Frente a estos argumentos Hurd dio la tradicional contestación británica reiterando, según dijo en una posterior conferencia de prensa, "su compromiso constitucional" con los gibraltareños, es decir el empeño de Londres de tener en cuenta la voluntad de los habitantes del Peñón que en su inmensa mayoría desean seguir perteneciendo a la corona británica.
Tal y como habían sugerido en una anterior reunión de expertos, los británicos contesta ron a las acusaciones españolas sobre la creciente utilización del Peñón por el narcotráfico acordando extender a Gibraltar el tratado bilateral con España sobre extradiciones y el acuerdo bilateral de 1989, que aún no ha entrado en vigor, so bre prevención y represión del tráfico ilícito y el uso indebido de drogas.
Asimismo, Londres aceptó incluir a su colonia en el ámbito del llamado Convenio de Nápoles sobre asistencia mutua entre administraciones aduaneras que puede servir de instrumen to para combatir más eficaz mente el contrabando, sobre todo de tabaco, en el área de Gibraltar.
Desde finales de enero Fernández Ordóñez y otros miembros del Gobierno denuncian la transformación del Peñón en una plataforma para el contrabando y en una plaza financiera cuya legislación ultraliberal propicia el blanqueo del dinero generado por los estupefacientes y el fraude fiscal.
A pesar de esta triple decisión británica, Hurd no se acaba de tomar en serio las acusaciones que formula su interlocutor. "España", afirmó, "no ha proporcionado hoy pruebas (...) y es indispensable que las suministre". "Espero, sin embargo, que estos acuerdos den una forma jurídica a una cooperación que de hecho ya existe".
La víspera de la reunión de Madrid, el ministro principal de Gibraltar, Joe Bossano, dio a entender en unas declaraciones a la cadena SER que España no intentaba impedir el blanqueo de dinero sino las inversiones en Gibraltar para frenar así su desarrollo económico que estos últimos años ha sido espectacular.
Aeropuerto
En el mismo comunicado hispano-británico con el que concluyó el encuentro, Hurd asegura que desea ver puesto en práctica el acuerdo que Londres alcanzó con Madrid en 1987 para utilizar conjuntamente el aeropuerto de Gibraltar a lo que se niega, por ahora, el Gobierno local encabezado por Bossano. En consecuencia, la participación de la colonia en el proceso de liberalizacion aérea en curso en Europa está suspendida lo que siginifica, por ejemplo, que no se puede volar directamente de Madrid o de París a Gibraltar.
Hurd se comprometió, además, a instar a Bossano a aplicar el mencionado acuerdo aeroportuario, pero para ilustrar de antemano su escasa receptividad a las recomendaciones, el ministro principal de Gibraltar optó de nuevo por no estar ayer presente en las conversaciones de Madrid.
Para presionar a Bossano, Fernández Ordónez esgrimió ayer la amenaza de construir unilateralmente un aeropuerto alternativo del lado español de la verja, que privaría al aeródromo militar del Peñón de parte de los vuelos civiles que acoge y que los gibraltarenos podrían utilizar para viajar a Europa. "Haremos un estudio de viabilidad", afirmó el titular de Exteriores, pero si se da la luz verde al proyecto este, situado casi a mitad de camino entre los aeropuertos de Málaga y de Jerez de la Frontera, difícilmente podría ser rentable económicamente. "Seria una decisión muy política", comentó un diplomático.
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