El primer ministro sueco prepara un plan económico con el respaldo de los comunistas

El primer ministro sueco, Ingvar Carlsson, tras una semana de febriles negociaciones para resolver la crisis abierta tras su renuncia, la pasada semana, ha recibido el encargo del presidente del Parlamento de formar Gobierno. Carlsson anunció ayer un nuevo paquete de medidas económicas menos duro -se elimina la prohibición de huelga y la congelación de salarios-, que cuenta con el respaldo del Partido Comunista, la abstención del Partido del Centro y presumiblemente la de los verdes, lo que asegura su aprobación a principios de la semana próxima.El nuevo paquete incluye medidas para estabilizar la economía, que no está todavía en crisis sino que padece un recalentamiento que amenaza con conducirla a la crisis. Dichas medidas apuntan fundamentalmente a bajar el techo de los salarios hasta una radical atenuación para 1991 y establecen normas destinadas a evitar el estallido de huelgas ilegales.

Antes que a Car1sson, el presidente de la Cámara encargó a Carl Bild, líder del partido conservador, sondear la posibilidad de formar un Gobierno burgués, pero la falta de unidad de dichos partidos en cuestiones clave, como energía e impuestos, determinó el fracaso del intento.