España renuncia a imponer visado de entrada a los magrebíes

España ha renunciado a imponer por ahora el visado a los ciudadanos de los tres principales países del Magreb -Marruecos, Argelia y Túnez- en contra de lo anunciado oficialmente hace un año, y que se justificó entonces por la necesidad de armonizar con sus socios europeos la lista de Estados sometidos a este trámite con vistas a la supresión de las fronteras intracomunitarias en 1993 y la consiguiente creación del confín exterior común.Este aplazamiento de por lo menos un año de la aplicación del visado fue confirmado a los embajadores de España en los cinco países del norte de África occidental -los tres del Magreb, Libia y Mauritania-, que durante tres días estuvieron reunidos en Madrid y fueron recibidos, entre otros, por el presidente Felipe González para reflexionar sobre la política española en esa área.

"No vamos a pagar el precio político que supone la introducción del visado", explicó un diplomático español para justificar la marcha atrás, "mientras los demás miembros de la CE no den también pasos en la misma dirección". "España debería ser", añadió, "el último país de la Comunidad" en implantarlo, y hasta ahora otros tres -Dinamarca, el Reino Unido e Italia- no lo han introducido.

Fronteras

En contra de lo que se habían comprometido a hacer, los cinco miembros del llamado Grupo de Schengen (RFA, Francia y Benelux) no abolieron sus fronteras comunes el 1 de enero de 1990, Italia decidió en 1986 dispensar del visado a los magrebíes y Francia se resiste, por último, a desmantelar parte de su confín pirenaico con España en contra de lo anunciado en mayo de 1989.

"Si los demás no toman iniciativas tendentes a reforzar las fronteras exteriores de la CE y a hacer desaparecer las internas, nosotros no vamos a predicar con el ejemplo", comenta otro diplomático español. En otros ministerios, como el de Interior, se estima, sin embargo, que, independientemente del contexto europeo, España debería haber introducido el visado para controlar cuanto antes la creciente inmigración clandestina magrebí.En 1989 Asuntos Exteriores anunció que los magrebíes no residentes en países de la CE sólo podrían entrar en territorio español, a partir de la primavera de 1990, si habían obtenido previamente un visado, y para que pudiesen conseguirlo en un plazo breve se indicó que se reforzarían los consulados españoles en personal, espacio y medios informáticos.