Declarado secreto el sumario de la muerte de un niño cuyos padres, testigos de Jehová, rechazaron una transfusión
Un matrimonio vecino de la localidad de Noia (La Coruña) permanece en libertad bajo fianza desde el pasado día 16, acusado de un delito de denegación de auxilio a su hijo de dos años, fallecido a consecuencia de una leucemia. Ramón Cruz Martínez y Dolores Sanlés Ces, que profesan la religión de los Testigos de Jehová, permanecieron dos días en los calabozos municipales de Noia después de que los médicos del Hospital General de Galicia les denunciasen por negarse a que le fuese practicada al niño una transfusión sanguínea.El pequeño Eliú, de dos años de edad, había sido atendido en el servicio de urgencias del Hospital General de Galicia en Santiago, adonde lo trasladaron sus padres ante el deterioro de su estado de salud. Una vez realizados los análisis, el médico le diagnosticó una leucemia y pidió al matrimonio que le dejasen internado en el centro sanitario ya que su sangre había perdido una importante cantidad (de hemoglobina y era preciso realizarle una transfusión. Ramón Cruz y Dolores Sanlés se negaron a ingresar al niño ya que, según manifestaron, su religión les prohíbe recibir sangre ajena. Eliú falleció a los 15 días después de ser examinado por otros médicos, entre ellos un naturista que le recetó una dieta a base de vegetales y alimentos crudos.
Dos días en la cárcel
El Hospital General de Galicia puso el suceso en conocimiento del juzgado de instrucción número 4 de Santiago, que el pasado día 14 ordenó la detención del matrimonio. Tras permanecer dos días en los calabozos municipales, Ramón Cruz y Dolores Sanlés fueron puestos en libertad bajo fianza. El juzgado, que ha declarado secreto el sumario, ha remitido una muestra de la sangre y las vísceras del niño al Instituto de Toxicología en Madrid para que esclarezca las circunstancias exactas de su muerte y el alcance de la enfermedad.Según el director médico del Hospital General de Galicia, Fraga Bermúdez, las leucemias infantiles tienen una probabilidad de curación de entre el 40% y el 70%, por lo que el médico que atendió, a Eliú consideró oportuno realizarle la transfusión.
Fraga declaró a este periódico que el facultativo no pudo determinar el carácter de la leucemia, ya que tan sólo lo examinó en una consulta nocturna de urgencia. "Si el niño falleció a los 15 días es probable que su estado fuese irreversible pero eso no lo podemos saber y en aquel momento era necesario hacerle la transfusión", insistió Fraga.
Sin embargo, el alcalde de Noia, Pastor Alonso, que también atendió al niño en su condición de médico de la localidad, mantiene que la enfermedad estaba tan avanzada que ni siquiera una regeneración de sangre permitiría salvar su vida.
Alonso, que examinó a Eliú dos días antes de su muerte y tuvo que extender el certificado de defunción ante la negativa de otros médicos, asegura que el pequeño padecía una leucemia crónica de origen linfático, que en la mayoría de los casos resulta mortal. Según el alcalde, que pertenece al Bloque Nacionalista Galego, la polémica desatada sobre este asunto es fruto de la intolerancia religiosa hacia los padres del pequeño, una familia muy humilde con escasos recursos económicos. Alonso denunció también que el párroco de Noia se negó en un principio a enterrar al pequeño en el cementerio municipal y tan sólo accedió a ello tras ser presionado por el Ayuntamiento.
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