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Reportaje:

A bombo y platillo

Alumnos del conservatorio municipal protestan ruidosamente ante el cambio de profesores a mitad de curso

Juan Antonio Carbajo

Parte de los 2.500 alumnos de los conservatorios municipales de música mantiene su negativa a entrar a clase después de que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid decidiera cambiar en mitad del curso al profesorado. Los padres y alumnos descontentos prefieren realizar conciertos-protesta con bombos y platillos a resignarse a perder, según ellos, un profesorado que con "métodos nuevos" ha conseguido engancharles a la música. Otros padres, partidarios de reanudar las clases, dicen haber recibido amenazas e insultos por parte de los "piquetes musicales".

África Vincent fue en 1987 al centro Federico Chueca de Hortaleza, uno de los cuatro, y el más antiguo, de la red del conservatorio municipal, a inscribir a su hija María, de 10 años. Al hacerlo descubrió que ella también podía matricularse. "Era la ilusión de mi vida", explica. "Yo interrumpí los estudios de música, que inicié en el conservatorio oficial, porque aquello era la guerra". África se matriculé con su hija, y este año también ha incorporado a la experiencia musical a su nieta Anais.El pasado jueves, junto con una docena de padres, África se encadenó a la puerta del centro. "Estamos defendiendo algo muy importante: el método pedagógico que el anterior profesorado utilizaba, muy distinto al tradicional de machacarnos con las notas". La policía acabó con la protesta tras una intervención contundente.

La oposición activa de algunos padres y alumnos ha abierto una brecha entre las 2.500 personas matriculadas en el conservatorio. Desde finales de enero, el frente opositor patrocina acciones de protesta de distinto tipo encierros en el conservatorio de Orcasitas, estruendosos conciertos de percusión en la plaza de la Villa, pernoctaciones bajo el balcón del alcalde o pintadas frente a la casa del concejal de Cultura.

Intimidaciones

Contra esta actitud, otro sector que ha aceptado la decisión municipal de cambiar al profesorado, intenta, muchas veces sin éxito, normalizar su actividad educativa. "Nos están intimidando para que no entremos a clase", explica Mari Carmen Cascajo, madre de dos alumnos de tres y cinco años. "En realidad no estamos informados en profundidad del conflicto, pero no me parece correcta la actitud que están tomando", afirma refiriéndose a los piquetes. "Cuando intentas acercarte de insultan", asegura.Según el director de los conservatorios, José Alamá, en el centro Federico Chueca asisten a clase 100 de los 400 alumnos. En ninguno de los cuatro centros existe normalidad, especialmente en el de Orcasitas, donde la reinvidicación es más feroz. "Allí están acostumbrados a luchar" explica un ex profesor. "Antes por una vivienda digna, ahora por una filosofía distinta de la educación musical".

Arturo, de 16 años y estudian te de trompeta, y Alfonso, de 23 años, alumno de armonía y violín, pertenecen al centro de Orca sitas y forman parte de la charanga que a bombo y platillo intenta hacer más patente su protesta ora en la plaza de la Villa, ora frente al centro de Hortaleza. "El conservatorio de Orcasitas ya es como la plaza de Santa Ana", cuenta Arturo. "El miércoles entré a clase y había un policía municipal. Me agarraron de las piernas y me sacaron del centro".

Joaquín Álvarez de Toledo, concejal de Cultura, afirma tener muchos motivos para justificar el cambio de la empresa que por concurso se encargaba de la enseñanza de los centros. "El centro de Orcasitas estaba lleno de alumnos enchufados del PSOE, nunca fue un conservatorio para los vecinos del barrio", explica. "El pliego de condiciones por el que se regían los concursos estaba tan hinchado que nadie podía presentarse. Siempre se otorgaba a la misma empresa, que, por lógica, no lo cumplía".

Según el concejal, la anterior empresa hacía un tercio de las horas establecidas; tenía 20 de los 66 profesores sin titulación, y aunque el Ayuntamiento pagaba la Seguridad Social sólo 26 estaban dados de alta. Álvarez de Toledo afirma que tiene un informe, "elaborado por profesionales", que desacredita el "famoso método educativo que tanto defienden los que protestan". La concejalía hizo cuentas y adjudicó de nuevo el servicio por 46 millones al semestre, "cuando antes nos costaba 100 millones", explica Maria Teresa Gómez-Limón, directora de Educación.

Según anunció el concejal, los menores de ocho años y mayores de 18 -que según el Ministerio de Educación no pueden acceder a los conservatorios- podrán seguir asistiendo a clase en los cuatro centros que actualmente funcionan. "Aunque no será así en los 21 nuevos conservatorios que se van a construir ".

Concursos "raros"

El anterior equipo de profesores reconoce que los concursos "han sido muy raros", aunque rechaza su responsabilidad. "Nos tenían como autónomos hasta que el anterior gobierno municipal nos planteó, como única vía para seguir, que teníamos que convertirnos en empresa", afirma un exprofesor. "Desde entonces nos adjudicaron el concurso".Los antiguos profesores rechazan las acusaciones de Gómez-Limón de que sus servicios tenían un coste adicional de 50 millones semestrales. "La directora de Educación se ha hecho un lío con la calculadora", replican. Esta parte también tiene argumentos para contraatacar: "La nueva empresa no ha presentado un programa educativo, ha contratado profesores entre los alumnos avanzados del conservatorio e incluso en la banda municipal", explican.Los nuevos profesores, muchos de ellos jóvenes estudiantes de conservatorio, con título de grado medio, se muestran preocupados."Nosotros vamos a adaptarnos al método pedagógico que se seguía, aunque no nos han dejado ni una sola ficha de los alumnos y han manipulados los ordenadores", explican. "Incluso", afirma uno de los nuevos profesores "en el centro de Orcasitas los que protestan hacen pasillos y nos ponen la zancadilla".

El frente opositor no está dispuesto a rendirse y durante este fin de semana ha incrementado la protesta. El viernes hubo concentración bajo la casa del alcalde, Agustín Rodríguez Sahugún, al que dedicaron una ruidosa serenata y ayer, montaron una clase de música en la puerta del Sol.

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