La 'traición' de De Klerk
Los blancos ultraderechistas amenazan con la lucha armada contra el 'caos' del ANC
Millones de surafricanos negros exhiben su júbilo por la liberación del líder del Congreso Nacional Africano (ANC), Nelson Mandela, mientras el ala derecha de los conservadores se muestra horrorizada. Los blancos moderados, que acogieron favorablemente la libertad de Mandela y los esfuerzos gubernamentales para acabar con las hostilidades políticas e instaurar un clima de negociación entre blancos y negros, no han tardado en enfriarse tras los primeros discursos de los dirigentes del ANC.Las bolsas surafricanas y los mercados internacionales reaccionaron con celeridad ante la confirmación por parte de Mandela de los planes del ANC para nacionalizar la banca y las minas de oro. El oro subió unos cinco dólares. En Johanesburgo cayó el índice de las acciones de explotaciones auríferas. "El mercado sufre inquietud porque Mandela no parece enfocar la situación correctamente", declaró un operador bursátil.
Al mismo tiempo que el presidente Frederik de Klerk anunciaba en directo por televisión que el más famoso preso político negro sería liberado, el domingo pasado, extremistas de derecha se lanzaron a las calles de Pretoria, gritando: "Colgad a De Klerk, colgad a Mandela". Andries Treurnicht, líder del Partido Conservador, la oposición oficial en el Parlamento blanco, comentó: "El ANC quiere aplicar un clásico programa marxista". Miembros del Movimiento de Resistencia Afrikaner (MRA) amenazaron con empuñar las armas contra la liberación de Mandela y la legalización del Congreso Nacional Africano y del Partido Comunista Surafricano. El líder afrikaner Eugene Terreblanche pronosticó: "Será el caos bajo un Gobierno del ANC, y en el caos yo no tendría otra opción que la de apelar a la violencia".
Confundidos y heridos
Uno de los líderes espirituales de la extrema derecha, Manie Maritz, declaró: "No puedo expresar mis sentimientos. Es la mayor traición que puede cometerse contra el hombre blanco [lo que ha hecho De Klerk]. Me siento confundido y herido y he recibido diariamente cientos de llamadas telefónicas de personas que sienten lo mismo que yo".Mientras el futuro político de la población negra presenta las mejores perspectivas desde el ascenso al poder del Partido Nacional, en 1948, los conservadores blancos se ven a sí mismos en una cuesta abajo hacia el caos. En un lapso de tiempo inferior a dos semanas, los más conservadores entre los blancos han visto desmoronarse lo que consideraban su propia seguridad. El ANC, visto durante años como "el peligro negro, la amenaza negra" para Suráfrica, es libre y ocupa las calles. El partido comunista, igualmente amenazante para los blancos, es también libre.
Koos van der Merwe, portavoz del Partido Conservador, lamentó que De Klerk estuviera creando "un clima en el que la violencia ultraderechista puede convertirse en una realidad". Los conservadores, temerosos del resultado de las negociaciones entre De Klerk y los líderes negros, han respondido con rapidez apelando a las armas. Parecen asumir los postulados de la ultraderecha, que comparte con los negros radicales la idea de que la violencia es la única solución. Y no están lanzando sólo amenazas: un hombre de raza negra que celebraba la legalización del ANC fue muerto a tiros por un blanco en Pretoria, se hicieron disparos en torno al automóvil del político estadounidense de raza negra Jesse Jackson, y el edificio de la Embajada británica fue incendiado recientemente. El ministro de la Policía, Adriaan Vlok, ha expresado su preocupación por las amenazas de la ultraderecha blanca contra la vida de Nelson Mandela.
Sólo han transcurrido tres días desde que Mandela caminó como hombre libre, tras un encarcelamiento de 27 años. Ha declarado ser "un miembro leal y disciplinado del ANC" y ha mostrado su apoyo a su política y sus tácticas, y desea reunirse con la cúpula dirigente del ANC en Lusaka tan pronto como le sea posible. Hasta entonces, no hará declaraciones sobre la posible reacción del ANC a las recientes medidas políticas de De Klerk.
Sin embargo, en su primera alocución, ante una multitud de 50.000 personas, Mandela repitió su compromiso con la lucha armada y su convicción de que nada ha cambiado en Suráfrica. El prestigioso diario económico de Johanesburgo Business Day, que ha ejercido una dura crítica contra el Gobierno y ha pedido durante años la liberación de Mandela, señaló en un editorial que este primer discurso "inostró lo poco que el ANC ha aprendido en 30 años y lo poco que ha cambiado".
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