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Mandela pide a blancos y negros que cooperen en la nueva Suráfrica

Nelson Mandela hizo ayer un llamamiento a la moderación y a la disciplina ante 100.000 enfebrecidos seguidores en un estadio próximo a Soweto, el gueto negro de Johanesburgo que simboliza la resistencia popular contra el racismo. Mandela compuso una imagen de padre de la patria y se dirigió tanto a la mayoría negra como a los blancos que "por ignorancia" han colaborado con el apartheid para que cooperen en la construcción de la nueva Suráfrica. La rutinaria defensa de la lucha armada fue realizada de pasada entre un llamamiento a que los jóvenes estudien y otro a que se ponga fin a la delincuencia callejera.

El Soccer City Stadium estaba repleto hora y cuarto antes de que Mandela hiciera su aparición, poco después de las dos de la tarde. Luego, hasta las escaleras de acceso y las torres de iluminación fueron ocupadas por los entusiasmados seguidores del hombre que encarna las esperanzas de toda una raza. La organización desastrosa de Ciudad del Cabo y de la víspera en Soweto -donde un niño murió aplastado por una multitud encerrada en un estadio pequeño, a la que se había prometido que iba a ver a Mandela- se tornó ayer en ejemplar y los alrededor de cien mil asistentes, todos ellos sentados, fueron entretenidos desde el estrado con música y el recitado de poemas épicos y de lucha que mantuvieron su espíritu en alto hasta que Mandela irrumpió en el césped. El momento fue de delirio, con vocear de consignas, chillidos, gritos de "¡Poder!" y vivas a Mandela y al Congreso Nacional Africano (ANC), mientras todo el estadio se erizaba de puños, en el clásico gesto del poder negro.Mandela dio una pausada vuelta al césped que permitió a los reunidos ver por primera vez en carne y hueso al símbolo de una lucha que creen próxima a concluir en victoria. Desde el estrado, tras algunos minutos de presentaciones, saludos, cantos, el salvador que esperaba la multitud ofreció un mensaje que estaba en las antípodas del emitido el domingo en Ciudad del Cabo.

El Nelson Mandela de Soweto estuvo muy moderado y los términos de su alocución no hicieron sino dar fuerza a los rumores que corren en medios políticos surafricanos de que el discurso de la noche de su libertad fue más el del ANC que el del propio Mandela.El líder negro dijo ayer que su alegría de volver a casa se veía empañada por "la tristeza de saber que todavía estáis sufriendo bajo un sistema inhumano". "El ANC continuará su lucha armada contra el Gobierno mientras exista la violencia del apartheid', diría más tarde, pero antes había enumerado los problemas de "la falta de viviendas, la crisis de la educación, el paro y la delincuencia que todavía existen" y abordado, con la profundidad que las circunstancias permitían, la necesidad que tienen "todos, los estudiantes de volver a la escuela y aprender". La antigua consigna de "liberación antes de educación", que ha hecho perderse a toda una generación, es un lujo que la mayoría negra no puede permitirse, cuando cada vez ve más próxima la hora de gobernar el país.

"Los robos, quema de coches y los ataques a inocentes son actos criminales que no tienen sitio en nuestra lucha", dijo Mandela, quien encareció a la gente a que actúe "con la dignidad y la disciplina que la lucha por la libertad merece".

Mandela pidió a la policía que abandone el apartheid y sirva los intereses populares. "Uníos a nuestra marcha hacia una nueva Suráfrica en la que también teneis un sitio", afirmó, además de llamar a quienes "por ignorancia han colaborado con el apartheid' a sumarse a la misma marcha, en la que los empresarios también tienen una función que cumplir.

"Debemos entender y tratar los temores de los blancos", dijo Mandela antes de indicar que los negros deben de demostrar claramente a los compatriotas blancos su buena voluntad y convencerles mediante su "conducta y argumentos que una Suráfrica sin apartheid será un hogar mejor para todos".

Esta moderada intervención sonó a oídos del Gobierno mucho mejor que la del domingo.

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