La Asociación Médica Mundial condena la alimentación forzosa de los presos
Los familiares de los 48 presos de los GRAPO que hoy cumplen su 76ª día de huelga de hambre disponen de una declaración de la Asociación Médica Mundial que dice: "Cuando un preso rechaza toda alimentación y el médico estime que es capaz de formular un juicio consciente y racional sobre las consecuencias que supondría su rechazo de alimentarse, no deberá ser alimentado artificialmente" Su cumplimiento supondría el inmediato fallecimiento de los presos, pero Dolores Muñoz dice: "Prefiero a mi hijo muerto antes que verle sobrevivir a la agonía a la que le someten".
La declaración de la citada asociación es la quinta que promulgó la 29ª Asamblea Médica Mundial, integrada por medio centenar de los países más avanzados, que se reunió en Tokio en octubre de 1975. Añade también tras aludir a la alimentación artificial: "La decisión en lo que concierne a la capacidad del preso para expresar tal juicio deberá ser confirmada por al menos un segando médico independiente. El médico deberá explicar al preso las consecuencias que su decisión de no alimentarse podrá tener para su salud".La esperanza de los familiares de los grapos es la de que antes de que apelen al cumplimiento de esta declaración, el Gobierno negocie, lo que supondría el cese de la huelga. Aunque están convencidos de que ya es tarde. "La posibilidad de vida es mínima. Se encuentran tan debilitados que la recuperación no sería posible" dicen los portavoces.
Dolores Muñoz, madre de Manuel Parodi Muñoz, pone un ejemplo de ello y recuerda la visita que hizo el pasado sábado a su hijo en el penitenciario de Madrid: "Me lo bajaron al locutorio en una silla, en la que no podía permanecer sentado por las úlceras sangrantes que tiene. Tampoco se sostenía de pie. Quise ver al director, protestar por cómo no habían tenido el corazón de dejarle en la cama para que no sufriera. Recuerdo otra vez que sí pude llegar hasta su habitación y le lavé la cabeza. Cuando le sujeté la cabeza se me hundieron los dedos entre los huesos de su nuca. Quedé horrorizada porque sentí que estaba tocando un esqueleto".
La esperanza entre los familiares de los 48 presos en huelga de hambre se acaba. Sus parientes próximos permanecen en guardia de 24 horas en una de las salas de la Cruz Roja de Madrid. Ellos centran la información de lo que está ocurriendo en las cárceles y hospitales de 15 ciudades españolas, donde la situación clínica de esos presos la juzgan irreversible: "A finales de mes morirá el primero y después le seguirán todos. Porque no cabe hablar de partes médicos que hoy dicen que uno está en situación crítica y al siguiente, que se encuentra estable. Depende de si reciben sueros y tratamientos o no. Sabemos de muchos casos que las enfermeras han visto que se les iban en una lipotimia. Todos ya están expuestos a sufrir un paro cardíaco porque tienen los cuerpos debilitados, sin defensas, con los riñones o el páncreas que no les funcionan, con hemorragias internas, pesando 30 kilos, con los brazos y las piernas del tamaño de la muñeca... Un médico de Zaragoza dijo que esto era como la película de los hermanos Marx en la que van quemando los vagones del tren. Ellos ya han quemado los vagones, sus cuerpos, y ahora sólo les queda la máquina, el corazón, pero que también va a arder".
Los familiares son conscientes de que sus hijos o esposos van a morir. "Tenernos el ejemplo de Juan José Crespo, que en 1981 murió de una huelga de hambre a pesar de que recibía alimentación forzosa Tardó 96 días en morir. Y lo que están haciendo a nuestros hijos es alargarles la agonía. No pedimos su libertad, sólo reagrupación y vida digna en la cárcel, que es lo que les prometieron antes de las elecciones. Los socialistas, que tanto luchan por los derechos humanos en el mundo, que se miren a su propio espejo. Esta democracia está levantada en los cimientos del fascismo. Cuando mueran los 48, el mundo se echará encima de un Gobierno que no ha querido negociar con unas personas porque les califica de terroristas, pero que las únicas armas que tienen son sus cuerpos. Fueron condenados a la falta de la libertad, pero no a ser torturados".
Alerta policial
El director de la Policía, José María Rodríguez Colorado, dijo ayer en Zaragoza que las Fuerzas de Seguridad del Estado han recibido órdenes para que extremen las medidas de autoprotección ante la posibilidad de un atentado de los GRAPO en el caso de que falleciese alguno de sus miembros en huelga de hambre.Los médicos que atienden a los presos Olegario Sánchez y Francisco Cela, internados en Zaragoza, han presentado alegaciones ante el juez de vigilancia penitenciaria, Ramón Vilar, en demanda de libertad profesional para no atender a dichos pacientes. Los médicos creen que los grapos han entrado "en una fase de suicidio voluntario". [El último parte médico sobre estos dos internos indica un empeoramiento en su salud, informa ].
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