Un juez anula la ley que convirtió el inglés en la lengua oficial de Arizona
Un juez federal del distrito de Fénix (Arizona) ha revocado la enmienda constitucional de su Estado que otorgaba al inglés el título de lengua oficial. El juez ha considerado que esa ley era una violación a la libertad de expresión, un derecho protegido por la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos. La comunidad hispana establecida en Arizona es la gran beneficiaria de esta sentencia, que representa, además, la primera derrota legal importante para. los grupos que pretenden que el inglés sea la única lengua oficial de EE UU.El juez Paul G. Rosenblatt decretó la anulación de la enmienda de la Constitución del Estado de Arizona porque prohibía el uso de otro idioma que no fuera el inglés y porque vulneraba claramente "el derecho de cualquier ciudadano de Arizona a expresarse en su propia lengua".
La decisión de Rosenblatt se basó en el caso de una funcionaria de origen hispano que denunció que el uso del castellano le acarreaba problemas legales y laborales. El juez creyó que la autocensura idiomática de María-Kelli Ñíguez era una consecuencia directa de la enmienda lingüística de la Constitución del Estado, y decidió anularla.
El gobernador del Estado, el demócrata Rose Mofford, que durante su campaña electoral de 1988 se mostró contrario a que esa enmienda fuera anulada, ha declarado que no apela la decisión judicial. En Arizona, el Estado donde se halla situado el Gran Cañón del Colorado, viven 3.489.000 de habitantes, de los que 533.200 son de origen hispano, según el censo de 1988. La sentencia es la primera gran derrota de los grupos que tratan desde principios de los años ochenta que el inglés sea la única lengua oficial de EE UU.
La Constitución norteamericana no especifica qué lengua es la oficial y otorga a los Estados la posibilidad de que decidan en sus constituciones sobre este punto. Por esta razón, la batalla del inglés se ha desarrollado en cada uno de los Estados y no en Washington.
Una derrota
Katherine Ely, una portavoz del grupo US English, con sede en Washington, ha reconocido a EL PAÍS: "La sentencia de Arizona es una derrota para nosotros, pero nuestra lucha continúa en los Estados donde el inglés no es idioma oficial". Ely explicó que la, sentencia tiene una base falsa. "Su decisión permite a un funcionario público escribir en chino o en portugués si así lo desea, y eso es ilógico". "Nuestra organización no es fascista ni radical, y sólo pretende proteger el inglés ante la avalancha de inmigrantes", agregó.
Las próximas batallas legales sobre el uso del inglés se producirán en Alabama, donde el 1 de junio se celebrará un referéndum para conocer con exactitud el deseo de sus habitantes (4.102.000). En estos momentos, sólo 18 Estados de la Unión han adoptado leyes o incluido enmiendas en sus constituciones decretando el inglés como única lengua oficial.
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