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UNA NUEVA EUROPA

"La URSS va hacia el caos", claman los 'duros'

Los enemigos de la 'perestroika' acusan a Gorbachov de precipitar al país en la anarquía

Pilar Bonet

Los comunistas conservadores del Comité Central del PCUS, aparentemente convencidos de que los vientos políticos que soplan actualmente en la URSS son propicios a su causa, han abogado con fuerza por la democracia interna en el partido, han pedido un adelanto del 282 congreso para marzo o abril y han expuesto un programa económico duro por boca de Boris Guidaspov, el nuevo líder de los partidarios del mantenimiento del sistema.

Así se desprendía de las intervenciones realizadas el día 5 de febrero en el pleno del Comité Central del PCUS, que en parte eran publicadas ayer por el diario Pravda, el órgano central del partido, y en parte eran anticipadas en versión resumida por la agencia oficial Tass.Muchas fueron las críticas que recibió el líder Mijail Gorbachov, responsabilizado de la falta de éxito de la política de la perestroika, y el documento que constituye la plataforma para el 28º Congreso del PCUS. Sin embargo, y en contra de lo que algunos habían esperado, los conservadores defendieron las elecciones directas de delegados desde la base y la democracia interna en el partido con gran fervor. La desestabilización de la situación política y económica en el país aumenta cada día, y el proyecto de plataforma no ofrece un pronóstico de color de rosa, dijo Guidaspov, que atribuyó la crisis a la total destrucción del mecanismo de poder ejecutivo.

Cuadro catastrófico

El líder del partido de Leningrado dibujó un cuadro catastrófico de la situación, sin olvidar incluir el programa de conversión de la industria bélica. Pidiendo a los participantes que miraran sus relojes, afirmó que el partido todavía tiene algo de tiempo para evitar la "catástrofe nacional". Guidaspov invitó a adoptar medidas "no tradicionales". "Si no levantamos ahora la autoridad y el papel movilizador del PCUS en la sociedad, la llevaremos al caos total", dijo Guidaspov, para afirmar después que "sólo el PCUS puede intervenir como base constructiva y unificadora del Estado y garante de la vía socialista de desarrollo". "No tenemos otra opción aceptable u otra alternativa", sentenció.

Guidaspov se manifestó por una mayor injerencia del partido en la vida económica de la sociedad, una reforma monetaria, severo control de los planes económicos y los recursos y un sistema de racionamiento en todo el Estado. Propuso además cortar todos los canales para la injustificada emisión de rublos y abolir muchos puntos de las leyes sobre las empresas estatales y las cooperativas. Las cuestiones de cuadros serían, según Guidaspov, el plato fuerte del congreso.

Uno de los más conservadores fue VIadimir Vrovikov, embajador soviético en Polonia desde 1985, quien manifestó que la plataforma del congreso, tal como estaba redactada, no era aceptable y necesitaba una seria elaboración. "Está llena de consignas y una cierta histeria", manifestó el orador para acusarla de falta de exactitud en su valoración del pasado y especialmente del presente, de eclecticismo de ideas y falta de claridad teórica, que le impiden aspirar al papel de documento programático del partido. Según Vrovikov, da la impresión de que la plataforma tiene un carácter utilitario y está destinada a satisfacer las necesidades coyunturales de la política soviética.

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El documento, según el diplomático, es un "ditirambo" hacia la perestroika, una crítica del "pasado lejano" y "generosas promesas" para el futuro, pero no valora el presente ni las faltas cometidas durante la perestroika. El embajador censuró el hecho de que en los últimos tiempos se valoren más las opiniones de Occidente sobre la política soviética que las propias, y que ello se refleje en la plataforma. El pueblo está por la perestroika, pero no por la que lo ha llevado a la "ciénaga de la crisis", al límite en el que se choca con el "desenfreno de la anarquía y la degradación económica, muecas de la destrucción total". El embajador manifestó que el concepto de perestroika se utilizaba con el mismo éxito por los partidarios de cambios revolucionarios que por los enemigos de la URSS, y se pronunció por la introducción de disciplina y orden en el país. Según él, se ha convertido en una moda atribuir todas las desgracias al "maldito pasado", pero "ya hace tiempo que no nos estamos comiendo una sopa de verduras del ayer del estancamiento, sino unas gachas cocinadas hoy con los productos de la perestroika", señaló con una imagen coloquial.

Muchos fueron, como en el pleno de abril de 1989, los oradores que pidieron recetas, ideas claras y organizadas del futuro, y quienes lamentaron que la plataforma presentada por Gorbachov no atienda a estas peticiones, y muchos quienes pretendieron hablar en nombre de la calle.

"¿No es hora ya?"

"¿No es hora ya de que usted, Mijail Sergeievich, y la dirección del país en su conjunto se preocupen seriamente por el destino del Estado socialista, mientras hay tiempo, que se preocupen del destino del pueblo trabajador honrado y tomen las medidas radicales más urgentes", decía A. Kornienko, primer secretario de la ciudad de Kiev, que fue el primero en hablar, aunque no es miembro del comité central. "Se hace cada vez más evidente que el partido no tiene una plataforma ideológica unitaria", señalaba elorador,que, criticando el mitin multitudinario transcurrido la víspera en Moscú, manifestaba que el espíritu anticomunista y contra la dirección soviética se extendía por todo el país. El orador se mostraba "convencido" de que el PCUS dejará de ser una fuerza política real y se transformará en un "conglomerado informe" si renuncia al principio del centralismo democrático. Este orador entendía que el pluralismo de opinión no debía transformarse en un pluralismo de acción dentro del partido.

Por su parte, Valentin Mesiats, secretario de la región de Moscú, otro de los que abogó por la disciplina y los principios del marxismo-leninismo y pidió que se definiera más el papel y el lugar del partido, porque, de no hacerlo así, la proliferación de grupos, movimientos, frentes, asociaciones y entidades formadas en la URSS conducirá a que el partido "se pierda y se quede en el bordillo de la carretera". "No sé, tal vez me eq uivoque, pero esto, camaradas, no es aquella democracia, no es aquella transparencia informativa que en nombre y en pro del pueblo soviético votó el pleno de abril de 1985", decía Mesiats.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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