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EL ESCRITOR ROMPE SU SILENCIO

Salman Rushdie cree aún posible el entendimiento con los enemigos de su libro

El escritor rechaza la acusación de blasfemo y apela a la tolerancia de los musulmanes del mundo

El escritor Salman Rushdie manifiesta en el ensayo titulado De buena fe, que publicó ayer el semanario londinense The Independent on Sunday, su creencia en que aún es posible el entendimiento con los enemigos de su libro. "Lo que se necesita", escribe Rushdie, "es un momento de buena voluntad; un momento en el que todos podamos aceptar que las otras partes actúan, han actuado, de buena fe".

El ensayo de Salman Rushdie puede dividirse en tres áreas diferentes. En la primera, defiende la ficción, el libre contraste de ideas y la inspiración filosófica de su libro. En la segunda, Rushdie se detiene en aquellos apartados del libro que sus críticos han encontrado especialmente ofensivos. Y, en la tercera, analiza los movimientos políticos que han sido afectados por la publicación de los Versos satánicos."En el centro de la tormenta hay una novela, un trabajo de ficción, uno que aspira a la condición de literatura", dice Rushdie, que añade: "No estoy intentando decir que es 'sólo una novela' y que por eso no debe tomarse en serio, incluso disputada con la máxima pasión. No creo que las novelas sean asuntos triviales".

"Las que me importan son aquellas que intentan radicales reformulaciones del lenguaje, forma e ideas, aquellas que intentan hacer lo que la palabra 'novela' parece exigir: ver de nuevo el mundo", escribe Salman Rushdie, que cuenta que los Versos satánicos tuvieron como fundamental inspiración a Matrimonio del cielo y el infierno, de William Blake, y El maestro y Margarita, de escritor ruso Mijail Bulgakov.

Luego, Salman Rushdie afirma que su novela es "una visión del mundo en los ojos de un emigrante". El libro "celebra lo híbrido, la impureza, la mezcolanza, la transformación que viene de combinaciones nuevas e inesperadas de seres humanos, culturas, ideas, políticas, películas, canciones. Disfruta del mestizaje y teme el absolutismo de lo Puro".

Tergiversaciones

Rushdie pasa a lamentar la tergiversación de su libro en manos de quienes lo han atacado. El autor de Hijos de la medianoche se detiene a analizar los párrafos más denunciados por la asociación de sus imágenes con la génesis del Corán y desarma sus artes narrativas para negar, por ejemplo, que la representación del sueño de un personaje con el mismo nombre que el arcángel pretenda establecer la veracidad de los versos para los que tienen fe.

"Yo no soy un mahometano", escribe Rushdie. "No creo en Dios y no lo he hecho desde que era un joven adolescente". Por tanto, Rushdie no acepta las acusaciones de blasfemia o apostasía, critica el extremado patriarcalismo de las costumbres islámicas y se queja de la creación en la polémica pública de "otro" Salman Rushdie, "envuelto y descrito en un lenguaje que no me corresponde". La tercera parte del largo artículo publicado ayer por The Independent on Sunday la dedica el autor a analizar los movimientos políticos que se han sentido afectados desde la publicación del libro.

Afirma que la polémica religiosa sobre los Versos satánicos hay que verla en el contexto del ascenso del comunalismo en la política India, del rechazo electoral a los fundamentalistas en Pakistán y en la oportunidad tendida a los oradores de las mezquitas británicas para recuperar su decreciente influencia.

Salman Rushdie es especialmente crítico con el partido político al que ha votado durante toda su vida adulta, el laborismo británico, y con quienes le acusan de supuesta provocación al escribir la novela.

"¿Hubiera escrito de manera diferente si hubiera sabido lo que iba a ocurrir? De verdad, no lo sé. ¿Cambiaría ahora algo en el texto? No, es demasiado tarde. Como escribió Friedrich Durrenmatt: "Lo que ha sido pensado no puede ser impensado", escribe el autor de Verguenza.

El escritor, cautivo de las amenazas de los clérigos del fundamentalismo, se dirige "a la gran masa de ordinarios, decentes, justos mahometanos" y les pide que se sumen a la ola de libertad que está limpiando el mundo. Y les llama a renunciar a la sangre y a no dejar que los líderes islámicos les hagan parecer menos tolerantes de lo que son.

Salman Rushdie termina su artículo declarando su agradecimiento a todos los que le han defendido, incluido el Gobierno británico y, sobre todo, al gremio de edición y venta de libros, a los que transmite, además, su solidaridad y orgullo.

Tras declararse triste por su separación del mundo, concluye: "Por favor, entiendan. No me quejo. Yo soy un escritor. No acepto mi condición; lucharé para cambiarla; pero vivo en ella y estoy intentando aprender de ella. Nuestras vidas nos enseñan lo que somos".

[Por otra parte, Liaqat Hussain, secretario general del Consejo de Mezquitas de Bradford, afirmó ayer respecto de las declaraciones de Salman Rushdie publicadas por The Independent on Sunday, que la incapacidad del escritor para reconocer su falta "enfurecerá aún más a los musulmanes", informa la agencia Efe.]

[Hussain, que tacha de "arrogante e ignorante" a Rushdie, afirma que éste debería abandonar su escondite para "defender sus ideas a la luz pública, incluso si ello le hace perder la vida". "Yo creo en mi religión y estoy dispuesto a morir por ella, no me escondería por mis creencias. Si Rushdie y lus aliados están luchando por un principio, ¿por qué se esconden?. La muerte no asusta a los que luchan por sus principios. Rushdie debería abandonar su escondite, debería ser lo suficientemente valiente como para enfrentarse al mundo", añadió Hussain.]

[El dirigente musulmán señaló que la publicación de Versos satánicos en edición de bolsillo supondría un nuevo insulto para el Islam y podría provocar protestas violentas.]

Salman Rushdie, que permanece en paradero desconocido desde que fuera condenado a muerte por el imam Jomeini a principios de 1989, ha publicado en los últimos meses diversos artículos en la Prensa británica.

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