Mario Soares evita 'in extremis' una grave crisis militar
La promulgación por el presidente Mario Soares de un conjunto de cinco leyes que afectan a la carrera y a las remuneraciones de los oficiales y suboficiales de las fuerzas armadas e institutos militares portugueses, con un aumento de los salarios del 22%, evitó una crisis grave entre el Gobierno de Aníbal Cavaco Silva y la institución castrense, pero no acaba con la agitación de los militares.
El llamado paquete militar provocó hace dos semanas una verdadera manifestación de la mayoría silenciosa de la oficialidad portuguesa, que con el pretexto de conmemorar el 153º aniversario de la fundación de la Academia del Ejército, reunió en Lisboa cerca de 2.500 de los 4.000 oficiales del Ejército y de la Fuerza Aérea y la casi totalidad de los altos mandos.
La mayoría de los militares portugueses está interesada fundamentalmente en asegurar el incremento de sus sueldos, aunque un sector acusa al actual Gobierno de humillar al Ejército al negarle los medios necesarios para desempeñar "con dignidad" sus funciones en la defensa nacional y en la OTAN.
El ex viceprimer ministro y ministro de Defensa, Eurico de Melo, confesó, por su parte, que los verdaderos motivos que lo llevaron a abandonar el Gobierno, precipitando la crisis que llevó al reajuste del Gabinete, fueron las divergencias con el primer ministro en materia de defensa nacional.
Mario Soares, que es también comandante supremo de las fuerzas armadas, ofreció su "simpatía" y "apoyo" a la causa de los militares descontentos y obligó al Gobierno a intensas negociaciones con los jefes del Estado Mayor, con la amenaza del veto presidencial al paquete de medidas gubernamentales.
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