La 'cumbre' magrebí termina con buenas palabras y sin resultados

ENVIADA ESPECIALLa cumbre del Magreb finalizó ayer con un largo comunicado de buenas intenciones pero sin contenido alguno. Los jefes de Estado de Libia, Túnez, Marruecos y Argelia -Muammar el Gaddafi, Ben Alí, Hassan II y Chadli Benyedid, respectivamente- pusieron con su firma fin a una reunión de dos días de duración, cuyo punto más importante, según fuentes diplomáticas, es que "no hubo enfrentamientos".

El problema del Sáhara, principal punto de fricción entre Argelia y Marruecos, países que componen el eje de la Unión del Magreb Árabe (UMA), no fue tratado, afirmó el ministro tunecino de Información, Habib Bulares. Tampoco se analizó el conflicto entre Mauritana y Senegal, que en las últimas semanas se ha cobrado más de 10 muertos. Uld Sid Ahmed Taya, presidente de Mauritania, -el quinto país de la UMA- optó por no asitir a la cumbre aduciendo el reciente fallecimiento de su esposa.Nadie ha querido tachar de fracaso este primer consejo de lo que pretende convertirse en el mercado común del norte de África, pero en el ambiente flota un oscuro pesimismo. Túnez, que había puesto todo su empeño por lograr que se le declare, sede de la secretaría general de la UMA, ahora que se ve próximo el traslado de la Liga Árabe a su antiguo emplazamiento de El Cairo, ha tenido que conformarse con una declaración que pospone la decisión a la próxima cumbre magrebí.

El comunicado señala que se ha acordado la creación de una secretaría general y como ello re, quiere el cambio del acuerdo de Marraquech, por el que se fundó la UMA en febrero el año pasado, se deja para el próximo congreso, a celebrar en Argelia, la designación de la sede permanente de la UMA.

Un punto concreto

El único punto concreto aprobado por el consejo magrebí ha sido la constitución de cuatro comisiones especializadas en seguridad alimentaria; asuntos económicos y finanzas; estructura y recursos humanos. Estas comisiones estarán integradas por comisiones de los cinco países y serán las encargadas de determinar las prioridades para un desarrollo equilibrado de la región.

Las diferencias sociales y económicas entre los socios magrebíes son enormes. La renta per cápita media es 1.800 dólares anuales (200.000 pesetas), con Libia -cuatro millones de habitantes y 6.000 dólares de renta- muy por encima de Mauritania -dos millones de habitantes y 470 dólares-.

Otro de los grandes problemas que padece esta región de casi siete millones de kilómetros cuadrados de extensión, en su mayoría desérticos, es la explosión demográfica. Los 25 millones de habitantes de Argelia crecen a uno de los ritmos más altos del mundo, alrededor de un 3,5% y casi dos tercios han nacido después de la independencia, acecida en 1962. Túnez, con ocho millones de habitantes y una tasa del 2,3%, tiene el crecimiento demográfico más bajo del Magreb, con una población de 65 millones.

En una carta abierta a los dirigentes magrebíes la asociación tunecina de mujeres demócratas, pidió la intervención de las fuerzas estatales contra la "violencia y los movimientos retrógrados que azotan a los cinco países. La misiva arremete contra el aumento del integrismo islámico, aunque sin mencionar directamente la religión. Marruecos tiene sujetos con mano de hierro a los integristas pero éstos han encontrado un terreno abonado para su expansión en el debilitamiento del régimen argelino de Benyedid y en la fuerte crisis económica que padece ese país.

El comunicado expresa la conveniencia de estrechar los lazos y establecer un diálogo con la Comunidad Europea -su principal socio comercial- "a fin de mantener la paz" en la región mediterránea. La declaración conjunta defiende y apoya la lucha de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y pide que se ponga fin a la política racista de Suráfrica.