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Autema revisa la viabilidad de la autopista de Terrassa tras el fracaso de tráfico en 1989

El balance cerrado de 1989, el primer año de explotación, que será presentado por la concesionaria de la autopista Terrassa Manresa (Autema, SA) el próximo día 30 de enero, sitúa el rendimiento en el 75% de las previsiones de circulación viaria. En este ejercicio, Autema ha soportado unas cargas financieras de 800 millones de pesetas sobre una deuda global de 16.000 millones de pesetas, cifra que no ha sufrido ninguna alteración desde la presentación del proyecto para la ejecución de la obra, según señalan fuentes ejecutivas de la sociedad concesionaria. Autema está negociando con el Departamento de Obras Públicas de la Generalitat un incremento del 20% del peaje -así lo posibilitan las bases de adjudicación del concurso de explotación- y ha iniciado negociaciones con la Administración que podrían suponer modificaciones en el trazado o prolongar la concesión -extremo, este último, desmentido por Joaquín Prior, director general de Autema- para hacer frente a los déficit de explotación y a las importantes cargas financieras que soporta.La concesionaria Autema, cuyo principal accionista, con el 75%, es la constructora Ferrovial, predidida por Rafael del Pino, ya consiguió una modificación del proyecto inicial con la adjudicación del tramo Rubí-Terrassa, destinado a conseguir los 10.000 vehículos al día que asegurarían la rentabilidad de la autopista.

Los beneficios obtenidos por Ferrovial, como empresa estrictamente constructora, en la ejecución del proyecto rondan los 2.600 millones de pesetas, cantidad que supone un 20% del coste previsto, que fue de 16.000 millones, sin incluir la carga financiera y las expropiaciones, que ascendieron a 5.000 millones. Con los ingresos de la construcción de la autopista, Ferrovial ha cubierto en gran parte su aportación a la constitución de la concesionaria -Autema tiene un capital de 4.000 millones- en el supuesto de que se haya completado el desembolso, que inicialmente fue del 25%. Cuando se constituyó formalmente Autema, en abril de 1987, la Generalitat comprometió con la concesionaria un aval de hasta 5.000 millones de pesetas.

El tramo Rubí-Terrassa no estaba previsto en el pliego presentado por Ferrovial ni en las condiciones sobre las que se constiuyó la concesionaria, aunque la Generalitat tenía diseñada la construcción de este tramo en su PIan General de Carreteras. En Autema, además de Ferrovial, participan la Caja de Pensiones (La Caixa) -10%-, el Banco Hispano Americano -10%- y el Banc Catalá de Crédit (filial de Banesto), con el 5% restante.

En fuentes financieras vinculadas al sector se ha rumoreado la posibilidad de que Ferrovial estuviese negociando la venta de su participación en Autema o parte de la misma. Antonio Mendoza, director general y consejero de Ferrovial y vicepresidente de Autema, negó que la constructora tuviera intención de vender y señaló que en un plazo de tres o cuatro años los resultados de explotación de la autopísta arrojarán superávit. A juicio de Mendoza, los rersultados de este primer año no son significativos "al haberse adelantado algunos meses el final de la obra".

Los rumores de la venta del paquete de Ferrovial apuntaban a Autopistas Concesionarias Españolas, SA (ACESA), aunque la operación es imposible porque no lo permite el marco legal regulador de las concesionarias, que les impide comprar participaciones de otras sociedades. Ferrovial niega asimismo que haya mantenido algún contacto en esta línea con La Caixa, entidad implantada en el sector con participaciones mayoritarias en ACESA y Túnel del Cadí.

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