Japón espera convertirse en el segundo accionista del FMI
Japón espera convertirse en el segundo mayor accionista del Fondo Monetario Internacional (FMI) una vez que la institución financiera, con sede en Washington, amplíe su capital este mismo mes. El ministro de Finanzas japonés, Ryutaro Hashimoto, manifestó ayer en Tokio que han desaparecido prácticamente todas las resistencias de los países industrializados para que Japón acceda al número dos del FMI, por detrás de Estados Unidos, una circunstancia natural en función del poderío económico nipón pero que depende del consenso entre accionistas.
Hashimoto, un político que suele distinguirse por manifestaciones de gran prudencia, se mostró muy esperanzado de que la promoción japonesa se concrete en los próximos días, aunque, agregó, todavía no habían sido com pletadas las negociaciones con el resto de los países que componen el llamado Grupo de los Cinco (Estados Unidos, República Fe deral de Alemania, Reino Unido y Francia).Los británicos son quienes más reacios se han mostrado hasta ahora a que los japoneses pasen a ser el segundo mayor accionista del FMI, porque eso significaría relegarles a la tercera plaza. La distribución de cuotas dentro de la entidad ha dejado de ser un reflejo del poderío económico de los países miembros. Japón tiene sólo una cuota de participación del 4,7% y ocupa el puesto número cinco, por detrás de Estados Unidos, Reino Unido, RFA y Francia. El Gobierno japonés viene luchando desde hace tiempo para tener una mayor cuota, con el fin de tener mayor poder en las decisiones del consejo rector.
Estados Unidos ha aceptado finalmente, tras varios años de oposición a que se amplíen los recursos financieros del FMI, que ascienden en estos momentos a 120.000 millones de dólares, para hacer frente a una mayor asistencia a los países endeudados y facilitar también apoyo a los países del Este europeo.
Japón conseguirá así encaramarse a un lugar de privilegio dentro del FMI, después de haberlo hecho recientemente en el otro organismo multilateral de crédito, el Banco Mundial, en el que logró el año pasado una de las dos vicepresidencias ejecutivas. Uno de los sueños todavía no confesados abiertamente por Tokio es aspirar a que un japonés ocupe la presidencia del FMI y romper el tácito acuerdo de que un europeo lleve las riendas del FMI y un norteamericano las del Banco Mundial.
El Gobierno japonés desea que el ex viceministro de Finanzas Toyoo Gyohten, un economista con experiencia dentro del Fondo y que es una especie de portavoz oficial en asuntos de política monetaria, reemplace al actual director gerente del FMI, el francés Michel Canidessus, una vez que éste complete su primer mandato en 1992.
La próxima semana el consejo de administración del Fondo inicia una fase crucial de sus trabajos, mientras la mayor parte de los analistas esperan que se alcance un acuerdo sobre el incremento de recursos, del que está pendiente el incremento de cuota japonés.
El director general del FMI, Michel Carridessus, reclamó la primavera pasada una duplicación de los recursos de la institución para permitirle reforzar su papel en la reducción de la deuda externa de los países en desarrollo, y la liberalización de las economías socialistas.
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