La publicidad de tabaco y alcohol sigue presente en televisión, aunque lo prohíbe la ley de Publicidad

La prohibición de emitir por televisión publicidad de tabaco y alcohol, establecida en la ley General de Publicidad en noviembre de 1988, no impide que ambos productos aparezcan en la pantalla de forma más o menos explícita. La trampa se cuela por tres vías: las marcas patrocinadoras, la publicidad estática y la diversificación de productos de las marcas de tabaco y alcohol que venden pantalones vaqueros, viajes o aperitivos. Los canales autonómicos incumplen la legalidad sin recurrir a las sutilezas del Ente Público, mientras los publicistas extreman la imaginación para sortear las barreras legales. Las autoridades de Consumo, conscientes de la vulnerabilidad de la ley, apelan al control social.

TV3 y TVG (canales catalán y gallego, respectivamente) prohíben explícitamente la publicidad de tabaco y alcohol, salvo la que tenga como finalidad el patrocinio de retransmisiones deportivas. Euskal Telebista va mas allá, salvando el patrocinio de programas en general. El control en este campo se completa en el País Vasco con la ley de Prevención, Asistencia y Reinserción en materia de Drogodependencías aprobada en 1988 por el Parlamento autónomo, que prohibe la emisión de publicidad de bebidas alcohólicas y tabaco desde los centros emisores de radio y televisión ubicados en el País Vasco, en el horario entre las 8 y las 22 horas, informa Eva Larrauri.El valenciano Canal 9, Canal Sur y Telemadrid reconocen en sus normas la legalidad vigente, lo que no impidió a este último emitir el pasado sábado durante la película dos spots del wiskie Ballantines de 20 segundos de duración.

Valentín Alvarez, consejero socialista de RTVE, considera que la prohibición legal de emitir publicidad de tabacos y de alcohol sólo se puede cumplir en lo que se refiere a la publicidad abierta. "SI rechazamos la publicidad estática no retrasmitiríamos multitud de espectáculos", afirma. La trampa también se cuela por las marcas patrocinadoras, como ocurre muy a menudo en los espectáculos deportivos. Otro fenómeno que arrasa es el de la diversificación de productos de las marcas tradicionales de tabaco y alcohol que venden pantalones vaqueros, viajes o aperitivos.

El consejero socialista opina que las televisiones autonómicas, en general, no siguen la normativa legal, o al menos -"la aplican con más generosidad que TVE. Por ejemplo, Telemadrid está dando imágenes del rallye París Dakar en las que aparecen simultáneamente, impresas en la pantalla, bandas de publicidad. Eso está explícitamente prohibido por la UER (Unión Europea de Radiodifusión), que sólo permite dar anuncios en las interrupciones naturales". El patrocinador de esta carrera es la marca de cigarrillos Camel, que entrega al ganador el Camel Trophy (Trofeo Camel), lo que hace más evidente que el que hace la ley hace la trampa, al menos porque no es capaz de preverla.

Sonido Winston

Carlos Lema de Vesa, catedrático de Derecho de la Publicidad de la universidad Complutense, destaca la aparición en TVE de otro fenómeno, "que podría ser una forma de publicidad encubierta o subliminal", como ocurre en el caso del tabaco Winston, ahora sonido Winston de grandes espectáculos; Rives ha cambiado la ginebra por anuncios de lima; Larios introduce sus nuevas galletas de aperitivo; Cointreau se anuncia como Fundación para el arte y, finalmente, detrás de la publicidad del yate Fortuna alrededor del mundo, está Tabacalera Española, recordando el cigarrillo del mismo nombre José M. Moral, gerente de publicidad de TVE, afirma taxativamente que este centro emisor "no admite patrocinadores de tabaco o alcohol en su publicidad", a excepción, quizás, del yate Fortuna, un caso, en su opinión, "dudoso, ya que no sólo sugiere tabaco sino también helados. Es algo interpretativo". El hecho de que en el Fortuna haya navegado el Rey "es posible que haya jugado a favor" de la admisión del anuncio. Tampoco le parece a Moral un caso claro el de los partidos de baloncesto en que juega la selección Winston o los aperitivos Larlos -la verdad es que están ricos- porque se trata de una verdadera y legítima diversificación de productos. En todo caso, "a la más leve duda acudimos al Consejo de Administración, que es el que decide".

"Creo que los tribunales tendrán que zanjar este tema", opina el catedrático, recordando la Constitución ampara la libertad empresarial.