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UNA NUEVA EUROPA

Hungría busca un 'club de elite' dentro del CAME

Enric González

Los días del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) parecen contados. Aunque se aprobó la creación de una comisión destinada a elaborar un programa de reformas profundas, la cumbre anual de la organización comenzó ayer en Sofía (Bulgaria) bajo el efecto de una propuesta húngara que, pese a no ser todavía oficial, pesó enormemente en el ambiente. Hungría pretende que se forme un círculo interno en el CAME, donde dicho país se vería acompañado por Polonia y Checoslovaquia. "Nosotros sólo podemos unirnos a países con un desarrollo económico similar al nuestro y con una voluntad clara de desarrollar una economía libre y abierta al mercado mundial", dijeron fuentes húngaras.

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Un portavoz de la delegación de Hungría especificó que Miklos Nemeth, jefe del Gobierno y cabeza de la delegación de su país en la reunión, no había planteado todavía "de forma oficial" la cuestión, y no aventuró el momento exacto en que tal formalidad se llevaría a cabo. Pero la postura húngara era conocida ya perfectamente por los nueve miembros restantes del CAME, y obtuvo un asentimiento silencioso de los portavoces de Polonia y Checoslovaquia en la conferencia de prensa posterior.El portavoz de la Unión Soviética se limitó a afirmar: "Por ahora, y según lo estrictamente tratado en la reunión, estamos de acuerdo con la posición de checoslovacos y húngaros, siempre que éstos acepten que el CAME sigue siendo necesario para todos". "Tal vez más adelante dejemos de estar de acuerdo", agregó el soviético. El húngaro matizó entonces que su país "fue el primero en criticar el funcionamiento del CAME y quiere una renovación radical, pero piensa que la organización debe continuar".

La principal decisión adoptada ayer en la cumbre del mercado común socialista, que concluirá hoy, fue la de establecer una comisión "de una o dos personas por cada país" que en el plazo de dos meses elabore y presente al secretariado permanente del CAME "un programa de reformas profundas" que contemple la convertibilidad de las divisas y la adaptación de los precios de intercambio a los precios reales vigentes en el mercado internacional.

La URSS transigió en lo referente al plazo fijado para el trabajo de la comisión, que considera demasiado breve. "No se puede cambiar todo de un día para otro", comentó su portavoz. Con su flexibilldad, los soviétivos evitaron que se produjera una situación de práctica ruptura en la organización, algo que por ahora nadie desea realmente. "Al menos estamos de acuerdo en cómo no debe ser el CAME", dijo el portavoz polaco, quien tuvo que admitir que "ya no somos homogéneos ni en ideologías ni en modelos económicos, y padecemos además una grave crisis y atraso tecnológico".

Pero la crisis económica y el atraso son muy dispares entre unos y otros. Hungría, Checoslovaquia y Polonia han sido pioneros en la evolución hacia un sistema de democracia parlamentaria, y sus economías están mucho más industrializadas, por ejemplo, que las de Rumanía y Bulgaria, países eminentemente agrarios y con fuerte dependencia de la ayuda soviética. Caso aparte es la República Democrática Alemana, cuyo primer ministro, Hans Modrow, se mostró ayer extremadamente radical en la defensa del CAME, aun admitiendo que Ias empresas, y no los Estados, deben tomar la iniciativa en la organización". Por último, Cuba, Vietnam y Mongolia, miembros del CAME sólo por su condición de fieles aliados de la URSS, expresaron un tibio rechazo hacia las propuestas de reforma.

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